Picasso en Venecia
Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello
Con motivo del cincuentenario de la muerte de Pablo Picasso (1881-1973), fallecido el 8 de abril de hace cincuenta años, la Colección Peggy Guggenheim expone en las salas del Palazzo Venier dei Leoni todas las obras creadas por los españoles artista, adquirida por mecenas estadounidense de las artes entre los años 30 y 50 del siglo XX.
A principios del siglo XX, Picasso y el artista francés Georges Braque desarrollaron el cubismo, un enfoque revolucionario de la representación de la realidad que cambió el rumbo del arte moderno. Las seis obras de Picasso que ahora forman parte de la colección de Peggy Guggenheim van desde 1911, con la obra maestra cubista El poeta, hasta 1939, con Busto de hombre en punto a rayas, y reflejan la evolución del lenguaje visual del artista. De estas seis obras, cinco, a excepción de Busto de hombre en punto rayado, fueron adquiridas por Peggy Guggenheim antes de que la coleccionista exhibiera toda su colección en la XXIV Bienal de Venecia de 1948, evento que se convirtió en un verdadero parteaguas histórico y cultural. : no sólo se muestra para la ocasión el arte más contemporáneo del momento, sino que es precisamente en esta Bienal que Picasso inaugura su primera gran retrospectiva en Italia.
El poeta (1911), obra expuesta en la sala dedicada a obras cubistas y futuristas de la Colección Peggy Guggenheim, es un lienzo emblemático del primer desarrollo del cubismo, el cubismo analítico, en el que el sujeto se fragmenta en múltiples puntos de vista superpuestos dentro de un único plano pictórico. Una fase posterior, denominada Cubismo Sintético, se caracteriza por el uso del papier collé y está bien representada por Pipa, vaso, botella de Vieux Marc (1914), collage expuesto junto a El Poeta. Pasando al vestíbulo de entrada del Palazzo Venier dei Leoni, nos encontramos con otras dos obras maestras del maestro español, Lo estudio (1928), colocadas en diálogo con En la playa (1937). En la primera, una vista del estudio del artista, Picasso confunde la identidad de las «figuras» representadas, creando una visión que desafía nuestra necesidad de encontrar referencias a la naturaleza en las imágenes, sin caer en la libertad del artista de pintar lo que quiera. El gran lienzo En la playa recuerda en cambio las figuras antropomorfas con volúmenes exageradamente acentuados, de consistencia casi escultórica e insertas en marinas, propias de algunas de sus obras ejecutadas entre finales de los años veinte y principios de los treinta. Los dos bañistas, cuya atención se dirige principalmente al juego con el barco, son figuras gráciles y al mismo tiempo monstruosas, y la composición es por un lado tranquila y relajada, suspendida en su sutil lirismo, por otro transmite una sentido velado de amenaza por la presencia siniestra de la figura que se destaca en el horizonte.
En la colección no falta la referencia al tema de la tragedia de la guerra civil española, querido por el artista, que aflora en la obra El sueño y la mentira de Franco (1937). Aquí Picasso representa al general Francisco Franco, futuro dictador de España, con rasgos monstruosos. Inicialmente diseñadas para ser impresas como postales y producidas en serie, las imágenes que constituyen el tema de la obra fueron publicadas en cambio en la revista parisina Cahiers d’Art, acompañadas de un poema escrito por el propio Picasso sobre los sufrimientos de Guernica, la ciudad vasca. bombardeada por los nazis en abril de 1937. Realizada apenas dos años después de Sueño y mentira de Franco, Busto de hombre con jersey de rayas (1939) es un claro ejemplo de la continua evolución del lenguaje pictórico del artista hacia la abstracción, así como una evidente y expresión incesante de la libertad artística, tal vez para desafiar el fascismo rampante. Las convulsiones políticas de finales de la década de 1930 afectaron profundamente el arte de Picasso, influyendo en la furia de su paleta y el estado de ánimo de los sujetos de este período.
