Argentina se suma a la campaña por Palmira, patrimonio de la humanidad

El organismo de la ONU para la Cultura (Unesco) inauguró en la casona Villa Ocampo, en San Isidro, una gran muestra sobre la ciudad siria de Palmira para concientizar sobre la importancia del patrimonio cultural mundial, el mismo día en que anunció que la milenaria ciudadela conserva gran parte de su integridad pese a la destrucción de varios de sus templos y monumentos por parte del Estado Islámico (EI).

La atmósfera de la «Perla del Desierto», tal como se conoce a este importante epicentro del mundo antiguo famoso por su fusión de la arquitectura grecorromana con tradiciones artísticas autóctonas y persas, se respira en Buenos Aires con la apertura de «Palmira en Villa Ocampo», una exhibición de la Unesco profunda y visualmente atractiva para tomar conciencia del patrimonio mundial.

La apertura coincidió con la vuelta a París de una misión de especialistas de la Unesco que durante dos días visitó las ruinas de la antigua Palmira, ubicadas cerca de la actual ciudad del mismo nombre, en el centro de Siria, y que anunció hoy que el famoso sitio arqueológico «conserva gran parte de su integridad y autenticidad» pese a «la destrucción de varios edificios emblemáticos» durante los 10 meses que estuvo en manos del EI.

El anuncio resonó en Villa Ocampo -propiedad de la Unesco donada por la escritora Victoria Ocampo en 1973- donde se puede recorrer y conocer más de la antigua ciudadela, con instalaciones visuales y sonoras, videos con su historia, su destrucción y sus habitantes, además de una didáctica muestra sobre el tráfico ilegal de bienes culturales.

Tras pedir un minuto de silencio en memoria de varias personas que fueron asesinadas el año pasado por el EI en el anfiteatro romano de Palmira, Lidia Brito, directora de la oficina regional de la Unesco, anunció que «hoy se suma Argentina a la campaña global ‘Unidos por el patrimonio’ lanzada en 2015 para concientizar sobre la destrucción deliberada del patrimonio cultural en Medio Oriente».

Esta iniciativa -abierta a todo público y en las redes sociales- tiene tres aristas: «recordar el concepto de patrimonio, mostrar las evidencias del saqueo y de las destrucciones y exponer respuestas y soluciones concretas», enumeró Brito.

«Es un momento para recordar lo que es el patrimonio mundial y crear mecanismos para que el patrimonio pueda ser mantenido y disfrutado», subrayó la directora en diálogo con Télam y ponderó a los expertos recién llegados de Siria que brindaron preliminares sobre el estado de situación.

La misión, encabezada por Mecthild Rossler, del Centro del Patrimonio Mundial que fue del 24 al 26 de abril, inspeccionó el Museo de Palmira y su sitio arqueológico y sacó las primeras conclusiones.

Lograron identificar «medidas de emergencia para consolidar y asegurar el edificio, en tanto, las labores de documentación e identificación de todos los fragmentos de estatuas destruidas ya han comenzado», informó Unesco, salvaguarda de la ciudad desde 1980.

«Esta misión fue muy importante porque está preparando el informe que permitirá al Consejo de Patrimonio Mundial en julio tomar las acciones necesarias para evitar estragos mayores y garantizar que podemos estabilizar la situación», dijo Brito.

«Sabemos que de seis sitios, cuatro están bastante dañados, pero la idea es trabajar con la comunidad internacional que está muy atenta. Si bien la cultura siempre ha sido víctima de la guerra, hoy los saqueos de patrimonio cultural son utilizados como forma de financiar el terrorismo. Los ataques sistemáticos contra el patrimonio forman parte de una estrategia de ‘limpieza cultural'», analizó.

Palmira se propala en el mundo como símbolo de la destrucción rápida del patrimonio de la Humanidad. «Es la politización de los bienes culturales. No sólo lo condenamos sino que tenemos que fortalecer los instrumentos internacionales para combatir estas atrocidades que lamentablemente van a seguir existiendo», comentó Luciana Micha, responsable de Derecho Internacional Humanitario del Ministerio de Defensa argentino.

«En este conflicto nuestro apoyo es a través de las misiones de paz y de Cascos Azules y Blancos y dar la asistencia necesaria y humanitaria para ayudar al pueblo sirio», agregó Jorge Szeinfeld, director nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, también de la cartera de Defensa.

Entre las personas que asistieron a la muestra y dejaron sus mensajes de compromiso con la situación, el embajador sirio en Argentina, Hamzeh Dawalibi, agradeció a la Unesco y dijo que Palmira «es herencia de una mezcla de culturas, un patrimonio nacional y mundial, una síntesis de culturas en la región del Mediterráneo».

El diplomático agregó que lo que sucedió allí es «un acto terrorista no sólo para los sirios. Es importante mostrarle al mundo que la amenaza del terrorismo no sólo afecta a Siria sino a toda la región, a todo el mundo y a la cultura en general».

Frederic Vacheron, director del Programa Villa Ocampo de la Unesco, contó que «Palmira en Villa Ocampo» quiere «movilizar a la ciudadanía» y remarcó que, desde el brazo cultural de la ONU, «están aliviados de saber que vamos a poder tomar medidas y que la integridad y autenticidad del patrimonio no estaría cuestionado».

Con prudencia, Vacheron dijo que «son medidas de salvaguarda, la reconstrucción es un término complejo porque no siempre es posible reconstruir. Ojala podamos volver al sitio como era, pero no lo podemos asegurar».

Y más reflexivo, agregó: «Es terrible lo que pasó. Esto es también la destrucción de símbolos e identidades y lo que queremos consolidar es que no podemos disociar, no es sólo una tragedia cultural, hubo una voluntad de negar al otro».

El informe completo sobre el sitio de Palmira se presentará en la 40ª reunión del Comité del Patrimonio Mundial que tendrá lugar en Estambul, Turquía, en julio de este año. El Comité podrá entonces recomendar las medidas de conservación necesarias. Además, el 2 y 3 de junio se celebrará una reunión internacional de expertos sobre la preservación de los sitios del patrimonio de Siria en Berlín, Alemania.

Justamente el embajador de Alemania, Bernhard Graf von Waldersee, dijo hoy a Télam en Villa Ocampo que su gobierno «está involucrado en la digitalización del patrimonio cultural en Siria para ayudar en una reconstrucción científicamente razonable y responsable».

Con más de 2.000 años de historia que encierra joyas del mundo antiguo, Palmira, citada en la Biblia, surgió como un asentamiento en el medio del desierto que supo ser oasis de comerciantes, se convirtió en una próspera escala de la Ruta de la Seda y, con fuerte prosapia romana desde el siglo I con la llegada del emperador Marco Antonio, continuó su desarrollo.

Bajo el yugo de las milicias radicales del EI, que la controlaron desde mayo de 2015 a marzo pasado, varios de los tesoros patrimoniales únicos de Palmira fueron destruidos en tan sólo 10 meses ante el estupor mundial y la condena a un hecho calificado por la Unesco como un «crimen de guerra».

Con al menos cinco años hacia adelante para desarrollar un plan de restauración y, a la espera de que se terminen de limpiar el sitio de cientos de minas terrestres dejadas por el EI, el mundo posa ahora sus ojos en Palmira «puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de paz», tal como constituyó la Unesco en 1945 y como reza un cartel a la salida de la muestra.

«Palmira en Villa Ocampo» se puede visitar en Elortondo 1837, en San Isidro de miércoles a domingos de 12.30 a 19.