Yerba mate. Curar el mate, Elegir la yerba mate.
Hay disponible en el mercado una amplia variedad de mates, de materiales muy diversos. madera, calabaza y hasta silicona. Algos recipientes hechos con a calabaza o la madera se deben curar antes de usarse, requieren ser curados para asegurarnos que duren más y se mantengan limpios.
Mate de calabaza:
Se llena el recipiente con yerba usada y se la humedece, dejándola uno o dos días, esto afloja los hollejos que se retiran raspando con una cuchara pequeña.
A las 24 horas se debe vaciar y raspar la calabaza con una cuchara pequeña para retirar todo el hollejo.
Este proceso debe repetirse por 4 ó 5 días consecutivos.
Mate dulce:
El proceso para curar un mate que se utilizará para mate dulce es diferente, ya que se le debe agregar tres cucharadas de azúcar impalpable y una brasa encendida, continuando luego con el proceso descrito.
Mate de madera:
Una de las maneras más populares es untar el mate de madera con una capa de aceite o manteca, para sellar sus poros y alargar su vida.
Otra técnica para curarlo es lavarlo y llenarlo con yerba húmeda (usada de la última cebada de un mate viejo) e ir mojándolo constantemente con agua tibia, sin permitir que se seque en ningún momento.
Este proceso se lleva a cabo durante 24 horas, o incluso se puede cambiar la yerba y repetir la operación durante varios días.
Consejos para elegir la yerba mate y preparar el mate que más te gusta 😋
Yerba mate con palo:
Si queremos disfrutar de un mate suave, la yerba mate tradicional es una buena opción. Posee un promedio de 70 % hojas secas y trituradas y un 30% de palo.
Según el Código Alimentario Argentino, tiene que tener al menos un 65% de hojas desecadas, rotas o pulverizadas y no más de un 35 % de palo.
Yerba mate sin palo o despalada:
Para los que gustan de un mate más fuerte, duradero y de sabor intenso, la opción es utilizar la yerba mate sin palo.
El Código Alimentario Argentino establece que la yerba mate sin palo debe tener no menos de un 90 % de hojas desecadas, rotas o pulverizadas y no más de un 10 % de palo.
Yerba mate compuesta:
Contiene hierbas como el boldo, tilo, manzanilla, poleo (entre otras).
A las propiedades antioxidantes y energizantes de la yerba mate , se suman las propiedades de las hierbas naturales.
Algunas pueden tomarse después de una comida, ya que muchas de estas hierbas son digestivas. Otras producen una sensación reconfortante, relajante y de bienestar.
El Código Alimentario Argentino dice que cada paquete debe contener hasta un 40% de hierbas aromáticas , el 60% restante deberá contener yerba mate.
Yerba mate saborizada:
Para los que prefieren ir cambiando los sabores y no gustan de los mates amargos e intensos , pueden encontrar en las góndolas una amplia variedad de yerbas elaboradas con esencias naturales y sabores que van de los cítricos (pomelo, limón, naranja) a los exóticos como frutos del bosque y tropicales.
Yerba mate para tereré:
Para su elaboración, se utiliza yerba mate con una molienda más gruesa.
El tereré es una bebida típica del Paraguay y del litoral de la Argentina. Se toma con agua fría o jugos naturales.
Tiene menor contenido de polvo, esto evita que se obstruya la bombilla.
Si utilizamos la yerba mate tradicional , es probable que la combinación de agua fría con el polvo obstruya la bombilla. Por eso, es aconsejable emplear esta yerba ,que tiene una molienda más gruesa y menos polvo.
Yerba mate Barbacuá:
Es la yerba mate sometida a un proceso de secanza utilizado por los nativos guaraníes. Barbacuá significa “tostado”en guaraní.
Consiste en proceso lento y artesanal, en el que las hojas son expuestas al calor del fuego de leña durante todo un día.
Este proceso le dá a la yerba mate un ligero sabor ahumado o tostado propio de las maderas utilizadas durante el secado de las hojas.
Yerba mate orgánica:
Para su elaboración se tiene en cuenta el cuidado del medio ambiente. Desde la siembra hasta la cosecha, se evita la utilización de agroquímicos.
Existen distintos organismos nacionales e internacionales que certifican tanto el proceso de elaboración como la utilización de materiales reciclables en envases y empaques.