Servicio Meterológico Nacional

Ciclón extratropical. Un fenómeno poco frecuente.

Ciclón extratropical

Un fenómeno «poco frecuente» puede afectar a partir de este domingo el este de la costa con «varios días de lluvias y vientos muy intensos» que persistirán al menos hasta el martes, informó el Servicio Meterológico Nacional.

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El organismo detalló que habrá «vientos intensos y lluvias en el sudeste y este de la provincia de Buenos Aires para luego desplazarse hacia el noreste, alejándose del continente, lo que causará vientos del sector sur con velocidades entre 45 y 55 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 75 kilómetros por hora».

El SMN detalló que «la Costa Atlántica y el río de la Plata pueden verse afectados por la parte externa del ciclón» y que el martes próximo «es posible que esta región vuelva a tener condiciones muy ventosas, con ráfagas entre los 50 y 70 kilómetros por hora».

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Los ciclones extratropicales, a veces llamados ciclones de latitud media, son un grupo de ciclones definidos como sistemas meteorológicos de baja presión de escala sinóptica, localizados en las latitudes medias de la Tierra, que no presentan las características típicas de los ciclones tropicales ni de los polares, y están vinculados a los frentes, a los gradientes térmicos horizontales y al punto de rocío, también llamadas «zonas baroclinas».

El evento comenzará con la formación de una amplia zona de bajas presiones sobre el Océano Atlántico, dentro de la cual se formarán varios sistemas de baja presión más pequeños. Estos sistemas van a interactuar entre sí y a adquirir una trayectoria circular con desplazamiento similar al de las agujas del reloj. Este tipo de comportamiento está asociado a condiciones muy ventosas.

El primero de los sistemas de baja presión en formarse lo hará al sudeste de la costa bonaerense, con la estructura típica de un ciclón extratropical que son frecuentes en nuestras latitudes y que se caracteriza por tener un núcleo frío. Desde el domingo estará generando vientos intensos y lluvias en el sudeste y este de la provincia de Buenos Aires para luego desplazarse hacia el noreste, alejándose del continente. Esta situación dejará vientos del sector sur con velocidades entre 45 y 55 km/h y ráfagas de hasta 75 km/h.

Sin embargo, durante el lunes 16 otro de los centros de este sistema se intensificará y cambiará su rumbo hacia el oeste, acercándose a nuestro continente. En su camino comenzará una transición en su estructura interna al formar un núcleo caliente en sus niveles más bajos. Este tipo de ciclones en el ámbito meteorológico suelen denominarse seclusión cálida y en su forma se asemejan a los ciclones subtropicales.

Durante la tarde y noche del martes 17, el sistema se moverá hacia el noroeste y, según la información de los modelos numéricos de pronóstico, es posible que se desplace muy cerca del este de Uruguay y el extremo sur de Brasil. En esta zona, el ciclón provocará fuertes lluvias, oleaje y ,especialmente, vientos con ráfagas muy intensas que podrían superar los 100 km/h.

Aunque este sistema de baja presión se encuentre alejado de nuestro país, la Costa Atlántica y el Río de la Plata pueden verse afectados por la parte externa del ciclón. Durante el martes, es posible que esta región vuelva a tener condiciones muy ventosas, con ráfagas entre los 50 y 70 km/h. Por tal motivo, recomendamos consultar periódicamente el Sistema de Alerta Temprana.

Por qué este fenómeno da que hablar

Es muy excepcional que en estas latitudes se forme un sistema de núcleo cálido. Estas son características típicas de los sistemas tropicales, más conocidos como huracanes o ciclones tropicales. Debido a la particularidad de la situación, las áreas de pronóstico de los servicios meteorológicos de Argentina y Uruguay han estado discutiendo la situación sinóptica, considerando también la información recibida por la NOAA.

Si bien este tipo de fenómeno no es muy frecuente en nuestra región, sí se han registrado en otras oportunidades sobre el océano Atlántico, frente a las costas de la provincia de Buenos Aires, Uruguay y el sur de Brasil. De hecho, el último ciclón de este tipo ocurrió hacia finales de junio de 2021 y fue denominado como Raoni.

Más allá de la denominación técnica que le corresponda al evento, lo importante para la población es que se mantenga informada y tome las medidas de precaución recomendadas frente a los eventos de vientos muy intensos.

Los ciclones extratropicales son un fenómeno diario que, junto con los anticiclones, mueven el tiempo sobre muchas partes de la Tierra, produciendo al menos nubosidad y tormentas.

Se trata de un fenómeno meteorológico asociado con una baja presión atmosférica que tiene lugar en las regiones templadas entre el trópico y los polos. Por ello, se conocen también como ciclones templados. En el hemisferio norte un ciclón rota en sentido opuesto a las agujas del reloj, y en sentido de las agujas del reloj en el hemisferio sur. La rotación es causada por el efecto Coriolis. Los ciclones de latitud media o extratropicales dependen de procesos baroclínicos, como el contraste de temperatura entre masas de aire frío y cálido.

Los ciclones extratropicales de baja presión en los cuales se produce un descenso de la presión muy notorio y muy rápido del orden del milibar por hora, también pueden ser denominados por el término de «ciclogénesis explosiva».

Los ciclones extratropicales pueden abarcar una clase de tormentas con muchos nombres. A pesar de que a veces se refiere a ellos como «ciclones», esto es impreciso; ciclón se aplica a muchos tipos de zonas de baja presión. La acepción extratropical significa que este tipo de ciclones generalmente ocurre fuera de los trópicos, en las latitudes medias de la Tierra. El término de ciclones de latitudes medias puede ser utilizado debido a que se forman después de los ciclones tropicales, si ha ocurrido una transición extratropical. Los meteorólogos y el público en general suele describirlos como «depresiones» o «bajas». También pueden usarse términos como frontal de ciclón, depresión frontal, frontal baja, baja extratropical, bajas no tropicales, y bajas híbridas.

Los ciclones extratropicales se clasifican principalmente como baroclínicos, porque se forman a lo largo de zonas de temperatura y gradiente de punto de rocío conocidas como zonas frontales. Pueden convertirse en barotrópicas tardíamente en su ciclo de vida, cuando la distribución de calor en todo el ciclón se convierte en bastante uniforme con su radio.

Los ciclones extratropicales se forman en cualquier lugar dentro de las regiones extratropicales de la Tierra (por lo general entre 30 ° y 60 ° de latitud desde el ecuador), ya sea a través de la ciclogénesis o de la transición extratropical. Un estudio de los ciclones extratropicales en el hemisferio sur muestra que entre los paralelos 30º y 70º, hay un promedio de 37 ciclones durante un periodo de seis horas.

Un estudio separado en el hemisferio norte indican que se forman alrededor de 234 ciclones extratropicales significativos cada invierno.

Los ciclones extratropicales se pueden formar cuando un ciclón tropical entra en aguas más frías. Esto no significa necesariamente la muerte de la tormenta, pero perdería sus características tropicales. Estas tormentas son ciclones extratropicales. Incluso después de que se diga que un ciclón tropical es extratropical o se ha disipado, puede tener todavía viento con una fuerza de tormenta tropical (u ocasionalmente fuerza de huracán) y descargar abundante lluvia. Cuando un ciclón tropical alcanza latitudes más altas o pasa sobre tierra puede unirse con un frente frío o desarrollarse a ciclón frontal, llamado también ciclón extratropical. En el océano Atlántico, estos ciclones pueden ser violentos e incluso conservar fuerza de huracán cuando alcanzan Europa como Tormentas de Viento Europeas.Un área de baja presión, o una borrasca, es una región donde la presión atmosférica es más baja que el aire circundante. Las tormentas tropicales, ciclones extratropicales, y los ciclones polares y árticos, reciben el nombre de células de baja presión, especialmente en comunidades anglo-parlantes.

Los meteorólogos noruegos desarrollaron un modelo de formación ideal durante la Segunda Guerra Mundial. Este modelo es conocido normalmente como el «Modelo Noruego». En la gráfica se muestra un desarrollo idealizado. Como se explicaba anteriormente, la tormenta se inicia en un frente estacionario entre dos masas de aire cálido y frío mostradas en la figura A. Nótese que estas dos masas de aire se moverán en direcciones opuestas, lo que crea una cizalladura horizontal necesaria para que la inestabilidad tenga lugar. El flujo ciclónico comienza alrededor de la sección perturbada del frente estacionario. Esta perturbación podría tener una variedad de causas, incluyendo efectos como la topografía del suelo, o un flujo convectivo pequeño. Si se asume que las condiciones son correctas para que la inestabilidad ocurra entonces la perturbación se convertirá en una formación similar a una onda dentro del frente y en la cresta aparecerá una baja presión. Alrededor de esta baja presión aparecerá circulación ciclónica. Este flujo rotacional empujará al aire polar al sudeste a través de un frente frío, y aire tropical al nordeste a través del frente cálido (B). Habitualmente, el frente frío se moverá a mayor velocidad que el cálido y se “atrapará” con el mismo (C). En este punto, un “frente ocluido” se forma donde la masa de aire cálido es empujada a en altura, a través de aire caliente (D). En el momento de la oclusión, la tormenta ha alcanzado su madurez y el flujo ciclónico está en su máxima intensidad. Más adelante, la fuerza de la tormenta se desvanece. Debe especificarse que las tormentas raramente se desvanecen por disipación friccional. Los sistemas pasando sobre grandes cadenas montañosas son una demostración evidente. En su lugar, el desaceleracimiento de los ciclones, puede entenderse desde una perspectiva energética. Según la oclusión ocurre y el aire cálido es empujado en altura por el aire frío subyacente, la atmósfera se vuelve verticalmente estable, y el centro de gravedad del sistema baja. A medida que el proceso de oclusión se extiende hacia superficie, mueve al frente cálido y lo aleja de la baja presión central, por lo que más energía pontecial se agota. Este disipador potencial de energía crea una fuente de energía cinética que inyecta un último impulso en el movimiento de las tormentas. Después de que este proceso ocurra, el período de crecimiento del ciclón, o ciclogénesis, termina, y la baja presión comienza a girar.