Palermo Soho

Palermo vivir en un barrio trendy

Palermo vivir en un barrio trendy

¿Quién de nosotros no recuerda alguna de las escenas que compartieron Julia Roberts y Hugh Grant en el hermoso barrio londinense de Notting Hill? Casas bajas totalmente recicladas, pintadas de colores pastel y salpicadas por unos hermosos y acogedores espacios verdes que completan el entorno de la bohemia Portobello Road con sus mercados de antigüedades y ropa vintage. Sin dudas, Notting Hill es el barrio trendy de Londres. Sin embargo, Notting Hill supo tener un pasado, una estética y una vida cotidiana bastante diferente al de las imágenes que se muestran en las películas y a las que podemos capturar nosotros mismos en alguna visita a la ciudad más cara del mundo. A mitad del siglo XX, Notting Hill era una zona popular, con casas en mal estado y un mobiliario precario. Sin embargo, como mostró la socióloga inglesa Ruth Glass, en 1964, la gentrificación transformó casi completamente Notting Hill.

Los procesos descriptos por Glass en la ciudad de Londres se pueden observar desde hace ya varias décadas en distintas ciudades tanto del norte como del sur global. La Ciudad de Buenos Aires, no parece ser una excepción. Desde hace décadas, la Ciudad asiste a la transformación de barrios enteros -que otrora supieron albergar fábricas, talleres y familias obreras- como producto de operaciones inmobiliarias y negocios que se articulan con las nuevas formas de vida de los grupos sociales de clases medias. La mutación de Palermo de zona de fábricas, talleres, asentamientos y casas tomadas al barrio trendy de Buenos Aires, es sin dudas el caso más emblemático de la gran transformación. Palermo, como señaló recientemente la urbanista canadiense Leslie Kern, podría ser cualquier barrio gentrificado de Toronto, Londres u otra gran ciudad.

¡Cuál es el riesgo de promover el desarrollo de barrios trendy si Palermo al igual que Notting Hill es hermoso! El problema es que el desplazamiento es el rasgo que caracteriza a los procesos de gentrificación. Los barrios trendy se construyen sobre sucesivos procesos de desplazamiento de los grupos sociales menos favorecidos y del reemplazo de actividades industriales por actividades, servicios y usos residenciales que los nuevos habitantes y visitantes de clases medias demandan: servicios de gastronomía, servicios culturales y recreativos, alquileres temporarios, etc. Además del desplazamiento directo o indirecto de población de bajos ingresos oriunda de las áreas en proceso de gentrificación, la bibliografía muestra ciertos consensos sobre las condiciones básicas para el desarrollo de los procesos de gentrificación: 1) la reinversión de capital, 2) la llegada de agentes, corporativos o población en general, con mayor capacidad de pago, 3) los cambios en el paisaje urbano y sus usos, y 4) el acceso a los beneficios de la centralidad (puestos de trabajo, servicios e infraestructuras).

Las postales de Palermo, paulatinamente, se extienden -con mayor o menor intensidad y diferentes modalidades- en distintos barrios de Buenos Aires: San Telmo, Barracas, La Boca, Parque Patricios, etc. El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a través de sus intervenciones parece incentivar estas lógicas excluyentes en el desarrollo de Buenos Aires. Sin acciones contundentes que mitiguen la presión que los procesos de gentrificación generan sobre los precios de los inmuebles, los de los alquileres, sobre el costo de la vida que se incrementan considerablemente (aumenta el valor de los impuestos, el costo de las compras y de los servicios en el barrio), la ciudad progresivamente corre el riego de consolidarse como una ciudad para pocos.

*Mercedes Di Virgilio es doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires e investigadora principal del CONICET con sede en el Instituto de Investigaciones Gino Germani. Es profesora titular de la materia Metodología de la Investigación de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).