Infidelidad virtual… ¿infidelidad real?. Por Valeria Schapira.

Cada vez se conocen más casos de parejas que se rompen cuando uno de los integrantes de la misma descubre las incursiones internáuticas eróticas del otro. El “descubierto” suele aducir que nada ha ocurrido, que el intercambio con ese otro hombre o esa otra mujer no ha ido más allá de un ir y venir de mensajes online. La realidad es que suelen ser contadas las ocasiones en que se da el encuentro real. Una gran parte de las personas que “histeriquean” vía redes sociales, whatsapp, chats, etc. no concretan un encuentro físico con su partenaire virtual, acotando el intercambio erótico o sentimental a la Web. Esto no significa que la ciberinfidelidad sea menos “grave” o menos dolorosa que la otra. Dependerá de cada pareja y de su contrato cómo seguir – o no – a partir del descubrimiento de la misma.

Lo que suele seducir de estos contoneos en la red, además de la fantasía, es la proyección de un ideal en ese otro que está del otro lado de la pantalla, en contraposición con lo que se tiene en casa: una persona ya conocida – muy probablemente querida – pero que ya no ofrece la adrenalina que ese desconocido (o ese conocido aún no “obtenido”, casi como la sortija de una calesita) suele ofrecer.
Los especialistas coinciden en que descubrir a la propia pareja en estos chichoneos virtuales suele tener el mismo impacto emocional que descubrir el hecho físico y tangible. Lo cierto es que la manifestación de esta conducta infiel suele venir de la mano de otras problemáticas: la insatisfacción con la rutina, con la relación actual o alguna de sus facetas, el deseo de conocer a alguien nuevo, la puesta a prueba de la capacidad de seducir…Variables todas que pueden combinarse o no en lo que, para el engañado suele ser una punzante traición: la infidelidad online.

Algunas conductas habituales de los “infieles virtuales”:
· Pasan incontables horas frente a la computadora y suelen perder registro de lo que está ocurriendo a su alrededor. Mientras el resto de la familia duerme, ellos están frente a la máquina.

· Tiene cada vez menos comunicación con su entorno.

· Se sobresaltan al ser interrumpidos chateando o hablando.

· Suelen tener bloqueados con contraseña todos sus gadgets: celular, tablet, PC de escritorio.

· Borran hasta el menor registro de su actividad cibernáutica.

· Viven esclavos de su teléfono móvil y lo llevan consigo hasta al baño.

· Suelen adjudicar nombres de fantasía a sus partenaires.

La otra cara de la moneda de la infidelidad virtual son los sitios de búsqueda de pareja. Quienes se suscriben a un sitio de estas características buscan un amor, no un touch and go. El grueso de quienes se registran en Match.com, el portal de citas número 1 en el mundo por ejemplo, indica estar a la búsqueda de una relación con compromiso. Más del 75 % de de los usuarios del sitio asegura querer un compañero con intenciones de construir un vínculo serio.

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