El autor de Canto al trabajo (1927), monumento ubicado en Paseo Colón e
Independencia, CABA, estudió en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, fue
discípulo de Lucio Correa Morales, Julien y Jules Félix Coutan. Estudió en
París gracias a una beca y residió allí durante veinte años. Cuando volvió
a Buenos Aires realizó el monumento a Manuel Dorrego (Viamonte y Suipacha,
CABA).
Su escultura en yeso Serenidad obtuvo el Gran Premio de Honor en la
Exposición de Arte de Barcelona (1911). Posteriormente fue profesor de la
Academia Nacional de Bellas Artes de nuestro país durante dos años;
regresó como Académico en 1939.
La contradicción entre lo clásico y lo romántico otorgó un carácter
original a muchas de sus realizaciones.
El poeta ante el dolor humano y el Monumento a Bernardino Rivadavia (Plaza
Miserere, CABA), encargado por la Masonería, además de Las pecadoras y La
justicia (Palacio de los Tribunales, CABA) son obras que le han otorgado
alto reconocimiento artístico.
La ley 12.824, dictada en 1942 a propuesta del hermano masón Alfredo L.
Palacios en el Senado, habilitó la transferencia al Estado de la casa del
escultor, ubicada en calle O´Higgins 2390, CABA, con su mobiliario y obras
de arte. Funciona como museo desde 1949. Además de las piezas escultóricas
del Maestro, la Casa de Yrurtia exhibe su colección de pinturas con obras
de Martín Malharro, Eduardo Sívori, Cesáreo Bernaldo de Quirós, Benito
Quinquela Martín, una obra temprana de Pablo Picasso, textiles, alfombras
y tapices, batiks javaneses, tapices chinos bordados, alfombras anudadas,
chales de Cachemira, textiles de México y Bolivia y un tapiz de la
Manufacture Nationale des Gobelins, entre otros.
Yrurtia nació en Buenos Aires el 6 de diciembre de 1879, fue iniciado
masón en la Logia Juan Martín de Pueyrredón N° 251, el 10 de mayo de 1926.
En Buenos Aires también participó de la fundación de la Logia Patricios.
Falleció en la Capital Federal el 4 de mayo de 1950.
La Masonería Argentina reconoce en este notable escultor el arte y la
belleza como adjetivos de vida y condición que se prolonga por su noble
ejercicio de la fraternidad.
Ángel Jorge Clavero
Gran Maestre
