Caos en el transporte: caro, malo y sucio. Desregulación del transporte: las empresas ya pueden establecer libremente recorridos, precios y duración de los servicios
10 de diciembre de 2024 – Palermo Online Noticias
El panorama del transporte argentino no da tregua y hoy, más que nunca, parece que estamos frente a un verdadero bardo en el sistema. Este martes 10 de diciembre, con la publicación de la Resolución 57/2024 en el Boletín Oficial, el Gobierno Nacional le dio luz verde a la desregulación del transporte de media y larga distancia, un cambio que deja a las empresas en total libertad para fijar recorridos, precios y horarios.
A simple vista, parece que la jugada está pensada para darles más libertad a las empresas, pero ¿quién paga el pato? La gente, como siempre. El objetivo del Gobierno es modernizar un sistema anticuado de más de 30 años, pero con la excusa de eliminar la burocracia y mejorar la competencia, termina liberando aún más el mercado, y de paso, tirándole el fardo a las pymes y los pasajeros.
Ahora las empresas podrán registrarse online, y de manera gratuita, a través de la plataforma Trámites a Distancia (TAD), en donde deberán llenar formularios, presentar información sobre sus vehículos y conductores y hasta sus pólizas de seguros. Todo suena muy moderno y digital, pero la verdad es que la letra chica deja mucho que desear. ¿Y qué va a pasar con las tarifas? Pues la desregulación permite que las empresas suban los precios como se les dé la gana, y eso se traduce en un panorama cada vez más caro, malo y sucio para los pasajeros.
De aquí en más, los transportistas podrán cambiar sus recorridos, itinerarios y hasta los horarios sin tanta traba burocrática. Antes, cualquier modificación podía llevar meses, ahora basta con avisar con 15 días de antelación. Pero, claro, ¿cuál es el precio de esta «agilidad»? El usuario se encuentra con un sistema que cada vez lo castiga más: menos servicios de calidad, más demora y más tarifazos.
El Gobierno asegura que se mantendrán los estándares de seguridad y las revisiones técnicas de los vehículos, pero, ¿quién va a controlar todo esto? Aquí surge el interrogante: la desregulación parece más un pase libre a las empresas para hacer y deshacer a su antojo, mientras el ciudadano común queda a merced de precios más altos y un servicio cada vez más precario.
Este tipo de medidas, que parecen ser un avance para algunos, en realidad son un retroceso para los pasajeros y las pymes, que verán cómo los grandes operadores se imponen y los más pequeños se ven obligados a bajar la calidad o incluso a salir del negocio. ¿A quién le conviene esto? ¿Realmente se busca una competencia que beneficie al usuario o solo se está facilitando el negocio a las grandes empresas?
El verdadero cambio, señores, no está en hacer más flexibles las reglas para las empresas; el verdadero cambio pasa por proteger al pasajero, a las pymes y a todos aquellos que hacen el esfuerzo de mantener el servicio funcionando, no a costa de subir el costo y empeorar la calidad.
¿Qué opinás? ¿Te parece bien que el Gobierno le dé más poder a las empresas para decidir los precios y los recorridos? ¿O esto es solo una excusa para dejar al pasajero en la lona?
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