Cayeron tres miembros de la peligrosa banda de «los Chicos Bien de Palermo»

Cayeron tres miembros de la «Banda de los Chicos Bien»

Tres jóvenes acusados de integrar una banda que se dedicaba a asaltar viviendas, fueron detenidos tras varios allanamientos. Integran la Banda de los Chicos Bien, ya que el líder reside en una lujosa vivienda de Palermo.

Tres jóvenes acusados de integrar una organización delictiva, conocida como ‘La Banda de los Chicos Bien’, debido a que el cabecilla residía en una lujosa vivienda del barrio porteño de Palermo, fueron detenidos, tras una serie de allanamientos, dispuestos en el marco de la investigación por unos veinte robos en casas de la zona noroeste del Conurbano bonaerense, ocurridos en los últimos seis meses.
Las investigaciones, que se iniciaron en enero pasado a partir del aporte brindado por las víctimas en sus denuncias (donde se coincidía en la fisonomía de los ladrones y la similitud en el accionar delictivo), incluyeron seguimientos, escuchas telefónicas y grabaciones registradas en cámaras de seguridad.

En total, se llevaron a cabo seis allanamientos: el primero fue en una villa de emergencia del partido de Vicente López que los delincuentes tenían como ‘aguantadero’ y donde se secuestró gran parte de los objetos robados.

Los demás fueron en los domicilios particulares de los detenidos en los distritos de San Martín y Tres de Febrero, y el último en un lujoso edificio del barrio de Palermo, donde residía el supuesto jefe.
En poder de la banda se secuestraron cuatro notebooks, dos tablets, veinte relojes, cuatro televisores LCD, una importante cantidad de alhajas de oro, llaves de autos, una espada tipo katana y distintos electrodomésticos y celulares, producto de los ilícitos y un Peugeot 206 que, según los investigadores, era utilizado para cometer los robos.

Además, les incautaron una escopeta calibre 16 de dos caños, una pistola 7.65, otra 9 milímetros, un revólver calibre 32 y varias municiones de esa arma.

Los delincuentes actuaban en la modalidad ‘escruches’, en la que aprovechaban en verano las casas deshabitadas porque sus moradores se encontraba de vacaciones, y adonde ingresaban tras romper puertas y rejas con barretas y distintas herramientas y apoderarse de todos los objetos de valor que encontraban.
También tenían en su poder precintos y esposas que utilizaban para reducir a las víctimas cuando cometían ‘entraderas’. Voceros de la investigación destacaron que hay registrados más de veinte hechos, pero se estima que los intentos de robos fueron varios más, donde no pudieron llevarlos a cabo por distintos motivos.

Por otra parte, consignaron que los ahora apresados se comunicaban con presos de una cárcel, a quienes les pasaban los detalles de los asaltos, sus «resultados» y les «rendían» con dinero en efectivo.