Condenaron a un comisario de la Policía Federal por peculado y falsedad ideológica

De acuerdo al fallo del juez Enrique Gamboa, el policía utilizó a un sargento para “tareas de electricidad” en unas viviendas que estaba construyendo al lado de su casa cuando el agente debía cumplir funciones en la seccional. El hecho sucedió entre julio de 2007 y mayo de 2008.

El juez Enrique Gamboa condenó a dos años y medio de prisión a un comisario de la seccional Nº10 por forzar a un policía de esa comisaría a que trabaje como electricista en un complejo que estaba construyendo en la localidad de Monte Grande. También, fue condenado a dos años de prisión un subinspector que se encargaba de falsear los libros de la seccional. Ambos acusados reconocieron su culpabilidad en el marco de un acuerdo de juicio abreviado firmado con el fiscal Aldo de la Fuente.

Los dos fueron considerados responsables de “peculado y falsedad ideológica de documento público”, tal como había planteado el fiscal. El primero de los delitos, en este caso, es para los funcionarios que empleen en su provecho o en el de un tercero trabajo o servicios pagados por la administración pública. Junto con la pena de prisión, el peculado prevé una inhabilitación absoluta perpetua para ejercer cargos públicos.

En el fallo del integrante del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº13, se explicó que a comienzos de 2007 el por entonces comisario de la seccional Nº10 Edgardo Ramis (actualmente retirado) y su esposa Mónica Debenedetto (quién tiene una suspensión del juicio a prueba) estaban construyendo un complejo de cinco viviendas tipo dúplex lindero a su domicilio, ubicado en la localidad de Monte Grande, provincia de Buenos Aires.

Para ello, utilizaron al sargento de la comisaría 10 para realizar “tareas de electricidad” por un período que se extendió desde julio de 2007 hasta abril de 2008, momento en el cual el policía denunció en la División Asuntos Internos de la Policía Federal a Ramis por presuntas amenazas.

“Mientras el sargento tenía que estar cumpliendo tareas policiales, se encontraba realizando trabajos particulares para el comisario Ramis”, fundamentó el juez.

Por otra parte, para terminar de consolidar la maniobra, se contó con la participación del subinspector Norberto González, quien falseó los libros de registro y control así como las planillas de servicios especiales. El objetivo de esa falsificación era hacer figurar al sargento como si cumpliera sus tareas habitualmente y no quedara constancia de la inasistencia. Cabe resaltar que el policía utilizado por Ramis como electricista fue sobreseído en el expediente.

El juez repasó en su fallo varias testimoniales y diversos documentos. En base a eso, explicó que el policía cumplía tareas de 8 a 17 en el terreno donde se estaba construyendo el complejo y que tanto el comisario como su esposa dirigían las obras. “Mientras el sargento tenía que estar cumpliendo tareas policiales, se encontraba realizando trabajos particulares para el comisario Ramis”, argumentó.

Para Gamboa, que el acusado haya utilizado para tareas particulares a un subordinado afectó la administración pública ya que el sargento cobró su salario sin prestar funciones y se desvió el dinero del Estado.

Sin perjuicio de que tuvo en cuenta que el reconocimiento de los dos implicados “facilitó” la solución del proceso (que llevaba ya varios años), ponderó como agravante que ambos eran personal jerárquico de una comisaría. “La ausencia del sargento debilitó la presencia policial en la calle y a la Institución”, agregó.
Además de la pena propuesta por el fiscal de la Fuente, el juez ordenó que por cuatro años deberán fijar domicilio y someterse al cuidado de la Oficinas de Control y Asistencia de Ejecución Penal.