El BCRA comenzó en enero una aceleración de devaluación del peso

El ruido político generado a raíz de los eventos ocurridos durante las últimas semanas no tuvo, por el momento, un impacto relevante en lo económico, habiéndose registrado sólo movimientos marginales tanto en el riesgo país como en las cotizaciones alternativas del dólar.

En este contexto, el BCRA comenzó a imprimir en enero una leve aceleración al ritmo de devaluación del peso, después de haber mantenido el tipo de cambio oficial virtualmente congelado durante diciembre. Sin embargo, puesta en perspectiva, la devaluación sigue siendo muy moderada (1%) y compatible con la estrategia oficial de utilizar al tipo de cambio como un “ancla” antiinflacionaria, la cual busca recomponer el poder de compra de los salarios y apuntalar el consumo de cara a las elecciones.

El costo de esta estrategia es una mayor apreciación del peso en términos reales, situación que se ve agravada por la fortaleza del dólar a nivel global. El tipo de cambio real bilateral se encuentra hoy un 5% más apreciado que en diciembre de 2013 y un 7% más que en diciembre de 2001, habiéndose diluido la ganancia de competitividad cambiaria de comienzos del año pasado. Paralelamente, medido contra la canasta de monedas de nuestros principales socios comerciales, el tipo de cambio real se apreció un 11% desde fines de 2013 y el bilateral contra el euro lo hizo en un 24%, alcanzando su nivel más bajo en 13 años. Esta dinámica perjudica a las firmas exportadoras y, sobre todo, a las economías regionales, poniéndole un techo a la potencial recuperación económica. Esta evolución, a su vez, resulta particularmente negativa en presencia de un fuerte y creciente desequilibrio fiscal, que actúa como un claro factor desestabilizador de dicha estrategia.

Paralelamente, en un escenario de relativa estabilidad cambiaria, el Banco Central también ha venido impulsando una incipiente baja en las tasas de interés, jugando a dos puntas: apurar la absorción de pesos y abaratar el crédito. Advirtiendo que estos primeros movimientos podrían ser el comienzo de un ciclo bajista de tasas, los bancos participaron activamente en las últimas licitaciones de Letras que realiza semanalmente la autoridad monetaria, lo que le permitió al BCRA reabsorber casi la mitad de la expansión de pesos de diciembre por motivos fiscales.

Por otra parte, en su última licitación, el BCRA redujo las tasas “cortas”, las cuales actúan como referencia para las tasas reguladas de los depósitos a plazo y los préstamos. Ahora bien, pese a que esta movida podría pensarse que ayudaría a consolidar el repunte que viene mostrando el crédito, por el momento es extremadamente leve (-0,3%) y se da en paralelo con una importante contracción monetaria, la cual empieza a presionar al alza las tasas de mercado al quitar liquidez y contraer la capacidad prestable de los bancos, reduciendo los eventuales efectos expansivos sobre la actividad agregada (como un primer indicio, la tasa pagada por los plazos fijos mayoristas –Badlar- quebró en las últimas semanas la barrera del 20%).

También en pos de contribuir a la recuperación económica, el BCRA parece estar mostrando una mayor flexibilidad en el uso de las reservas internacionales, habilitando mayores compras de los importadores. De esto daría cuenta la caída cercana a USD 150 millones que registraron las reservas en enero, después de haber acumulado un incremento de USD 2.500 millones en diciembre y casi USD 3.600 millones en el cuarto trimestre, gracias a la firma del “swap” de monedas con China, los pagos de deuda externa congelados y los adelantos de liquidaciones de los exportadores de cereales y oleaginosas. No obstante, aquí el uso de esta herramienta también es con “cuentagotas”, a la espera del ingreso de los dólares de la cosecha gruesa.

En síntesis, estos son los primeros pasos que el gobierno intenta dar para reactivar la economía, tras la dura recesión del año pasado. Según nuestros cálculos, la facturación en los shoppings conocida esta semana implica (ajustada por la inflación relevante) un derrumbe del 20% interanual de las ventas en diciembre y del 8% en todo el año pasado, acompañada también por una contracción de las ventas en supermercados del 4,6% en diciembre y 2,2% en 2014, lo que habla de una menor demanda no sólo de bienes suntuarios y durables, sino también de artículos básicos.

Para ello está haciendo un uso de las herramientas “clásicas” de todo año electoral: atraso cambiario, baja de tasas, uso de reservas y una política fiscal expansiva. La contracara de todo este conjunto de políticas expansivas a corto plazo será una ampliación de las distorsiones acumuladas a lo largo de los últimos años, intentando traspasar los ajustes a la administración entrante. Con los fuertes desequilibrios fiscales y las dificultades para acceder al crédito que enfrenta esta administración será todo un desafío.

Publicado por Palermonline Noticias