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El PRO se humilla y se arrastra. Pagará caro su humillación

El PRO se humilla y se arrastra: la clase media ya no los acompaña

Palermo Online Noticias

El bloque de diputados del PRO, liderado por Cristian Ritondo, volvió a dar un paso hacia la humillación pública, mientras defiende intereses que, según dicen, todavía representan a la clase media. Este sector, que supo tener el apoyo de los votantes porteños, ahora parece arrastrarse por un puñado de dólares en sus cuentas bancarias y algunos contratos de limpieza en el Congreso. Los negocios de siempre, en fin. Con la bancarrota ética que ya es costumbre, el PRO ratificó que colaborará con el Gobierno para frenar la ley de financiamiento universitario.

El PRO, cuna de arrastrados históricos, asegura que seguirá siendo «consecuente» con su votación anterior. A través de un comunicado de prensa, la bancada que lidera Ritondo justificó su decisión, resaltando que el Gobierno «escuchó los pedidos sobre mejorar la propuesta salarial a los docentes». Con un tono ya casi resignado, se declararon aliados del veto presidencial en relación al presupuesto universitario que será debatido en la sesión especial de mañana en la Cámara de Diputados.

Ética y Economía: un dilema porteño En este cruce de voluntades, lo que queda en evidencia es la eterna tensión entre la ética y la economía, un dilema profundamente filosófico. Según la ética universal, uno debería siempre actuar en favor del bien común, pero en el universo político argentino, parece que el bien común se define según las cuentas bancarias. ¿De dónde saldrán los fondos para la educación universitaria? El PRO, fiel a su estilo, sigue promoviendo la necesidad de auditar las cuentas públicas, algo que se ha vuelto casi un mantra, sin importar que detrás de esa retórica solo se esconda la intención de preservar sus negocios de siempre.

En su comunicado, el PRO afirmó que «no cuestiona la autonomía universitaria ni su funcionamiento», pero insta a que se rinda cuentas claras. En este juego, el discurso ético se mezcla con la necesidad económica: el país necesita sanear sus cuentas, eliminar el déficit fiscal y, claro, proteger ciertos sectores económicos. La ética, en estos casos, parece ser una variable dependiente de la economía.

Ritondo y el PRO: entre la espada y la pared La cuestión clave, sin embargo, es que dentro del bloque PRO, no todos están alineados. Mientras 33 de los 38 diputados seguirán al oficialismo, hay disidencias. Álvaro González y Héctor Baldassi votarán con la oposición, señalando que no están dispuestos a venderse tan fácilmente. Y Héctor Stefani, ausente por cuestiones de salud, tampoco estará presente en esta batalla simbólica por el alma de la educación pública.

Esto no es solo una cuestión política; es una cuestión de identidad. ¿Qué representa hoy el PRO para los argentinos? Un partido que se arrastra, que ya no responde a los intereses de la clase media, sino que sigue aferrado a un par de contratos y unos pesos en sus arcas. Ritondo, el capitán de este barco que hace agua, sigue defendiendo una postura que parece haber perdido el apoyo de quienes alguna vez creyeron en el «cambio».

Conclusión: ética, economía y decadencia Como señaló Jorge Luis Borges en sus relatos sobre el destino y el honor, hay decisiones que marcan el fin de una era. El PRO, en su búsqueda por mantenerse a flote, parece haber perdido el rumbo. En términos de filosofía política, uno podría decir que están atrapados en una contradicción ética: defender una supuesta austeridad mientras entregan lo poco que les queda de dignidad política. En cuanto a la economía, solo les queda justificar sus actos con la siempre presente necesidad de reducir el déficit, sin ofrecer soluciones verdaderamente inclusivas para la educación pública.

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