«El 2023 va a ser un año más duro que el 2022», afirma la directora del FMI
La directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, cree que 2023 va a ser peor que 2022 para la mayor parte de la economía mundial. Así lo afirmó durante una entrevista con la CBS en el programa ‘Face the Nation’ este 1 de enero.
«Para la mayor parte de la economía mundial, [el 2023] va a ser un año duro, más duro [que el 2022]. ¿Por qué? Porque las tres grandes economías, Estados Unidos, la UE y China, se están frenando al mismo tiempo», explicó Georgieva.
Según la titular del FMI, de estos países, Estados Unidos es «el más resistente» y puede, de hecho, evitar la recesión. Mientras tanto, la economía de la UE se ha visto gravemente afectada por el conflicto en Ucrania, y la mitad de los países de la Unión van a entrar en recesión. Por último, China se va a enfrentar a un año muy difícil, indicó Georgieva.
Además, «el panorama es más grave» en los mercados emergentes y las economías en desarrollo, afirmó. Aparte de todo lo demás, estos países se ven afectados por los elevados tipos de interés y por la alta apreciación del dólar. «Para las economías con un alto nivel de endeudamiento, esto supone una catástrofe», señaló.
«No crean que vamos a volver a la previsibilidad anterior a la crisis. Nos espera más incertidumbre, más acumulación de crisis», agregó la economista.
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El mercado de bonos del Tesoro estadounidense registró una pérdida anual récord en 2022, según informa Bloomberg. El índice de Bloomberg que evalúa el valor de los bonos estadounidenses disminuyó en un 12,5 %, su mayor pérdida anual en sus cuatro décadas de historia. Esta tesitura se vio impulsada por la presión inflacionista que impulsó a la Reserva Federal a elevar su tasa de interés de referencia a un día.
Si el Banco Central sube los tipos, los bonos pierden su atractivo y su precio disminuye. Por el contrario, si la Fed baja los tipos, los bonos suben de precio.
De este modo, en 2022 la pérdida de atractivo de los bonos alcanzó su máximo en octubre y febrero, cuando la Fed subió los tipos con rapidez. No obstante, retrocedió en diciembre, cuando la inflación empezó a mostrar moderación y los funcionarios de la institución ralentizaron el ritmo de endurecimiento de la política monetaria.
Además, la diferencia entre los rendimientos de los bonos a dos y diez años, considerada un indicador de las expectativas económicas, se situó a niveles negativos a finales de año. Muchos expertos lo consideran una señal de recesión, informa Reuters.
Sin embargo, las previsiones para 2023, resumidas por Bloomberg, son bastante optimistas. Los estrategas de tipos de interés estadounidenses prevén en su mayoría que los bonos del Tesoro repunten en la segunda mitad de 2023, siempre que se suavicen las condiciones del mercado laboral y disminuya la inflación.