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Hermanos que comparten habitación: recomendaciones para una buena convivencia

Hermanos que comparten habitación: recomendaciones para una buena convivencia*

La convivencia en el hogar es uno de los grandes desafíos a los que se enfrentan la mayoría de las familias, más aún cuando se trata de familias en las que los hermanos comparten habitación, ya que esto implica una serie de “retos” para madres y padres que tendrán, en mayor o menor medida, que asumir a la hora de ayudarlos y acompañarlos para que aprendan a manejar posibles situaciones de conflicto que podrán presentarse entre hermanos.

Cuando la habitación es compartida, los problemas pueden ser recurrentes, ya que pueden aparecer conflictos o peleas por diferentes motivos, entre ellos: el desorden, los diferentes hábitos, las diferencias que existan entre ambos, etc. En ese sentido, para que la convivencia sea positiva y por ende, les permita que desarrollen habilidades que serán sumamente beneficiosas para su vida (como aprender a ser flexibles, a gestionar estos conflictos de manera asertiva y valores como el respeto hacia uno mismo y hacia el otro) así como también afianzar su vínculo entre hermanos, será necesario que como adultos estemos presentes para ellos y los guiemos en el aprendizaje de dichas habilidades para que esta convivencia no sea un “obstáculo” en su vida sino una oportunidad de aprendizaje constante. En ese sentido, es importante que pongamos en práctica, las siguientes recomendaciones en los casos que compartan habitación, teniendo en cuenta que en muchas situaciones no se tratará de algo que pueda elegirse, debido a diversos factores, como por ejemplo el espacio reducido del hogar.

Recomendaciones para una buena convivencia

::AYUDARLOS A LA HORA DE ESTABLECER NORMAS DE CONVIVENCIA

Además de reflexionar en familia cuáles son las reglas de convivencia que son importantes que todos los integrantes cumplan dentro del hogar, como por ejemplo: no alzar la voz cuando mamá, mi hermano o mi papá están trabajando o estudiando, es importante también que nuestro rol como madres y padre sea la de ayudarlos a definir cuales son las reglas que serán necesarias que cumplan dentro del espacio compartido. Es importante que asumamos un rol de mediadores, por ejemplo transmitiendoles ideas, sugerencias, pero también invitando a que ellos poco a poco aprendan a negociar sus propias normas, entiendo que esto es un proceso gradual. De esta manera, los estaremos ayudando a que pongan en práctica habilidades sociales como aprender a escuchar; salir de los propios “esquemas” para entender el punto de vista de la otra persona y respetar sus diferencias. Dichas reglas pueden estar escritas o bien representadas en imágenes en una cartulina y ubicarlas en la habitación para que puedan tenerlas presente y así recurrir a ellas cada vez que lo necesiten.

::PROPICIAR ESPACIOS INDIVIDUALES PARA FAVORECER SU PRIVACIDAD

Es importante tener presente que aunque compartan habitación será imprescindible que cada uno de ellos disponga de sus propios espacios individuales en los que puedan guardar sus pertenencias, ya que cada uno al tener sus propios gustos y preferencias necesitarán contar con dichos espacios para mantener su privacidad. En ese sentido, también se aconseja que puedan dialogar para llegar a un acuerdo y así delimitar qué espacios físicos dentro de la habitación dispondrá cada uno para que puedan decorarlo a su manera. Eso los ayudará a identificarse con dicho espacio y por ende, desarrollar un sentido de pertenencia con dicho ambiente.

:: GUIARLOS CON HERRAMIENTAS PARA QUE APRENDAN A GESTIONAR CONFLICTOS

Nuestro rol será crucial a la hora de ayudarlos a que aprendan a manejar situaciones de conflicto de manera asertiva y pacífica. Es importante que intervengamos, asumiendo una actitud de mediador, no tomando partido por alguno de ellos sino apelando al diálogo, ayudándolos a que aprendan a escucharse y respetarse, ver que la violencia no es el camino, que es posible resolver el conflicto de una manera más sana. Claramente es importante que promulguemos con el ejemplo, ya que lo que hagamos o digamos nosotros en situaciones de conflicto, influiría directamente en la aceptación que tengamos sobre ellos.

Si bien compartir la habitación puede ser todo un “desafío”, el aprendizaje que les traerá dicha convivencia los acompañará toda la vida, ya que aprenderán a apoyarse uno al otro, la complicidad de hermanos, y obviamente los conflictos que son parte de la vida, pero que de pronta manera podrán vivenciar situaciones, que con nuestra guía y acompañamiento, los harán crecer como personas.

*Lic. María Laura Lezaeta es Psicóloga infantil, y co-fundadora de JUEGOlogía (@juegologia), donde desde hace varios años equipan y forman a profesionales de la salud y familias con herramientas lúdicas y terapéuticas para trabajar diferentes áreas cognitivas, emocionales y sociales en niños.