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Plasma «de uso compasivo». Uso no autorizado de medicamentos.

Quirós: «Acordamos un mayor nivel de restricciones y con inicio y final bien definidos».

«No solo pudimos encontrar una mirada común, sino que definimos una estrategia metropolitana con aplicaciones tácticas o operativas a cada lado (de la General Paz), con mayor nivel de restricciones y con inicio y final muy bien definido que van a comunicar las autoridades», señaló el ministro en una conferencia de prensa.

El ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, dijo esta mañana que se acordó con las autoridades nacionales y de la provincia de Buenos Aires «un mayor nivel de restricciones con inicio y final muy bien definido» para una nueva fase de aislamiento social, preventivo y obligatorio que se anunciará en las próximas horas por la pandemia de coronavirus.

Pandemia de enfermedad por COVID-19 en 2019-2020

La plasmaféresis comenzó a utilizarse en mayo de 2020 en algunos centros de salud para averiguar la utilidad del plasma de personas donadoras que ya se estaban recuperando de COVID-19 en pacientes que presentaban los síntomas de esta enfermedad.

Se supera 50% de ocupación de camas en terapia en la Ciudad y mueren 15 personas con coronavirus.

El total acumulado de muertes en el distrito desde que comenzó la pandemia asciende a 459 e implica un porcentaje de letalidad sobre los diagnósticos del 2 por ciento. El 80% de los fallecidos tiene más de 60 años.



PLASMA

Tratamiento de COVID-19: uso no autorizado de medicamentos, uso compasivo y ensayos clínicos aleatorizados durante pandemias

El mundo ahora se enfrenta a una pandemia de SARS-CoV-2, para el cual no hay disponibles terapias específicas comprobadas, aparte del tratamiento de sostén.

En China, y ahora en Italia, Francia y España, un gran número de pacientes han recibido terapias de uso compasivo y fuera de etiqueta, como cloroquina, hidroxicloroquina, azitromicina, lopinavir-ritonavir, favipiravir, remdesivir, ribavirina, interferón, plasma convaleciente, esteroides, e inhibidores anti-IL-6, basados en sus propiedades antivirales o antiinflamatorias in vitro.

Estas terapias se administraron principalmente sin controles, a excepción de algunos ensayos aleatorios iniciados en China y más recientemente en los EE. UU.

Una interpretación común del uso no indicado en la etiqueta y el uso compasivo de medicamentos es que, si el paciente murió, murió de la enfermedad, pero si el paciente sobrevivió, sobrevivió debido al medicamento administrado. Esto no es verdad.

La plasmaféresis es un método mediante el cual se extrae completamente la sangre del cuerpo y se procesa de forma que los glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas se separen del plasma. Las células de la sangre se devuelven luego al paciente sin el plasma, el cual el organismo sustituye rápidamente.

El procedimiento se usa para tratar una variedad de trastornos, incluidos los del sistema inmune, tales como el síndrome de Guillain-Barré, el lupus eritematoso sistémico y la púrpura trombocitopénica. D. J. Wallace declara que Michael Rubinstein fue la primera persona en la que se usó la plasmaféresis para tratar una enfermedad autoinmune cuando él señaló que «salvó la vida de un adolescente con púrpura trombocitopénica en el viejo Hospital Lebanonn en Los Ángeles en 1959».1 Según Wallace, el actual procedimiento de plasmaféresis se originó en el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos entre 1963 y 1968, donde los investigadores lograron modificar y perfeccionar una técnica del siglo XIX usada para separar la crema con fines terapéuticos.

En agosto del 2009, se realizó con éxito el trasplante cruzado de riñón entre pacientes de diferente grupo étnico. La plasmaféresis elimina de la sangre los anticuerpos que pueden provocar el rechazo del órgano implantado.