¿Tenés adicción a tu celular?

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) la depresión es la epidemia del siglo que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo. Tener depresión puede llevarnos a múltiples consecuencias negativas tales como intentos de suicidio y perjuicio significativo de nuestra calidad de vida emocional y profesional. Lo interesante de este trastorno emocional es que crece tanto en países subdesarrollados como en aquellos que ostentan los mejores índices de desarrollo económico. Según la editorial del diario Clarín escrita por Silvia Fesquet en enero 2019, la Dirección Nacional de Sanidad y Bienestar Social de Suecia informó en el 2018 que el número de personas con depresión había crecido un 20% en una década, y que el alza era particularmente pronunciada en los jóvenes. En tanto que en Dinamarca, quienes tienen entre 16 y 24 años manifestaron sentirse más solos que la generación de sus abuelos, de acuerdo con una encuesta sobre 180 mil personas de la Autoridad Danesa de Salud. Hablamos de 2 países nórdicos con índices elevados de prosperidad en todos sus niveles.

Estas conclusiones fueron presentadas en 2018 en el informe “A la sombra de la felicidad”, del Consejo Nórdico de Ministros y el Instituto de Investigación de la Felicidad en Copenhague. Michael Birkjer, uno de los autores, señaló que una cultura del rendimiento, y el uso cada vez mayor de redes sociales contribuyen a la depresión, la soledad y el estrés.

¿Cuánto tiempo pasás online? ¿Cómo es tu uso de redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram? ¿Cuánto tiempo estás mirando tu celular? ¿Qué consecuencias podes darte cuenta que te generan en tu manera de enfocarte en tu vida real? Al respecto, ¿Qué te expresan quienes te rodean (hijos, amigos, pareja, colegas, empleados, familiares)?

Hubo una época entre el 2009 y 2010 que yo era adicto a Facebook. Era impresionante el tiempo que desperdiciaba posteando cualquier idiotez, fotos personales y mirando la vida de otros. En aquellos años podía malgastar unas 4 horas diarias (mientras hacía otras cosas) mirando la vida ajena. Recuerdo que tuve una crisis de pareja que constituyó una bendición para mi vida ya que me obligó a darme cuenta el tiempo que dedicaba a mirar la vida ajena y cómo afectaba mi capacidad de estar presente amorosamente con quien estaba conmigo en mi vida real en vez de la virtual. Después de ese conflicto amoroso, cambié mi Facebook y sobretodo, mi actitud hacia el mismo. Y fue increíble la cantidad de energía que se liberó en mi para dedicarla a actividades reales de contacto real.

Lamentablemente cada vez es mayor el numero de personas de todas las edades que se vuelven adictas a la vida online en vez de la real que tienen a mano. Y esto trae aparejado mayor sensación de soledad, depresión, ansiedad y estrés. No sé si lo sabías, pero acorde a estudios psicológicos de la Universidad Federal de Rio de Janeiro, Facebook está diseñado justamente para promover que estemos dedicando nuestro tiempo a contemplar la vida ajena y a compararnos, lo cual promueve sentimientos de depresión y desvalorización. Con esto no estoy diabolizando esta red social, sino a distinguir el uso del abuso de la misma.

¿Qué estás dispuesto/a a realizar para enriquecer tus vínculos en el mundo real? ¿Qué actividades podés realizar para estar más vital y a gusto en tu vida real?

Que tengas una semana de mayor contacto con una vida real y vital.

Abrazos vitales y reales (aunque sean a través de este mailing)

Pablo Nachtigall- Psicólogo y consultor empresas
Tel.: 154 946 9491