El símbolo de Roma
Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello
Es el sitio que querés ver aunque hayas pasado por allí una decena de veces. Cuando te conectás con lo que fue, y realmente podés concientizarte sobre lo que pasó y vio, tomás verdadera dimensión de su significado. Hay algo en el Coliseo que invita a ser visto. Es ese emblema inevitable que te propone una foto, una avistaje rápido y ganas de caminarle cerca.
Aunque se construyeron numerosos anfiteatros a lo largo del imperio romano, ninguno de ellos fue tan grande ni tan importante como el Coliseo de la ciudad de Roma. Si bien lo conocés popularmente de una manera, su verdadero nombre es Anfiteatro Flavio, en honor al emperador Vespasiano Flavio, quien lo construyó. Murió antes de que estuviera terminado, su hijo se encargó de terminar el gigantesco estadio.
Tito inauguró el estadio después de ocho años de trabajo, pero se necesitaron más obras antes de que estuviera terminado. Su hermano Domiciano terminó el edificio (después de matar a Tito) y le llevó otros dos años. Tito sitió y conquistó Jerusalén en el año 70 d. C. Regresó con oro y plata, unos 50.000 kg, además se llevaron cintos de esclavos. Existe un consenso generalizado de que el asentamiento judío que ya estaba en Roma pagó por la libertad de muchos de ellos cuando llegaron a Roma, pero muchos fueron utilizados para construir el Coliseo.
Las piedras que se usaron para construirlo pesaban entre 20 y 50 toneladas. Los romanos crearon grúas atando dos troncos enormes por la parte superior, partiéndolos por la parte inferior. Luego los conectaron a una rueda gigantesca de hasta 8 metros de diámetro. Con un gancho, ataron un extremo al objeto que estaban levantando y el otro a la parte superior de los árboles. Crearon una especie de péndulo que permitía levantar pesos enormes.
Es popular la idea de que en el Coliseo lucharon los gladiadores, palabra que significa una persona que lleva un “gladius” o una espada pequeña. Pero no todos peleaban con esas armas, se crearon algunas más innovadoras para aportar “emoción» al espectáculo. Así un Retiaro peleaba sólo con una red y un tridente y un Hastarius solo tenía un escudo y lanzas para derribar a su oponente.
Los arqueólogos calculan que cabían entre 50.000 y 60.000 personas. Sin embargo, según los registros oficiales (Catálogos regionales romanos), a finales del siglo IV cabían en él 85.000 espectadores. Tenía 80 ingresos numerados.
El emperador Nerón construyó un enorme palacio para sí mismo llamado Domus Aurea o casa dorada. Como parte de su palacio, construyó un gigantesco lago artificial rodeado de columnatas. Después de que Nerón se suicidara y Vespasiano asumiera el poder, decidió drenar el lago y construir un enorme anfiteatro allí. No era tan fácil hacer esa tarea. Por eso, los ingenieros de Vespasiano construyeron una serie de canales y los transformaron en alcantarillas gigantescas, que permitían no solo drenar el agua, sino también llevar un flujo constante para las aguas residuales por debajo del Coliseo.
El travertino, la piedra caliza que se utilizó para hacer el Coliseo, es una piedra porosa que fue pintada en el pasado. Para eso utilizaban una técnica llamada scialbatura, que implicaba aplicar una fina capa de mortero y polvo de mármol para evitar que la piedra se deteriorara. Esto le daba al blanco original un tono rosa claro o beige.
Por encima tenía un Velarium, un enorme toldo. Una especie de enorme vela que podía abrirse o cerrarlo de acuerdo a la temperatura o el clima. Aproximadamente 100 marineros de la flota imperial controlaban el toldo.