En una declaración contundente que resonó tras el almuerzo presidencial en el Cicyp, Eduardo Eurnekian, propietario de las concesiones de aeropuertos, hizo eco de una tensión creciente entre el sector empresarial y el ámbito político. Consultado por periodistas sobre las críticas del presidente Javier Milei hacia la falta de inversión por parte del sector privado, Eurnekian no dudó en expresar su descontento de manera enérgica.
Las palabras de Eurnekian reflejan un desacuerdo fundamental con la postura de Milei, quien previamente había instado a los empresarios a aumentar sus inversiones en el país. En lugar de aceptar el llamado a la acción, Eurnekian optó por una respuesta desafiante, sugiriendo que Milei debería asumir personalmente el desafío de liderar el país en lugar de esperar que otros actores, como el sector empresarial, tomen la iniciativa.
La tensión entre Eurnekian y Milei se hace evidente en cada una de sus palabras. El trasfondo de la relación entre ambos, marcado por los más de diez años en los que Milei trabajó en las empresas de Eurnekian antes de incursionar en la política, añade un elemento adicional de complejidad a esta disputa pública.
Este intercambio revela una brecha significativa en la percepción del papel del sector privado en el desarrollo económico del país. Mientras que Milei aboga por un mayor compromiso financiero por parte de los empresarios, Eurnekian enfatiza la necesidad de un liderazgo más activo por parte de las autoridades gubernamentales. La confrontación entre estos dos puntos de vista deja en claro que el debate sobre el camino hacia el progreso económico y social sigue siendo un tema de discusión candente en el panorama político argentino.
“Le respondería que se ponga él las bolas y dirija el país”, respondió Eurnekian.
“Si me pide que invierta, decile que yo digo que se ponga las bolas”, respondió Eurnekian.
Y cuando le dijeron que Milei iba a escuchar sus declaraciones, respondió: “Que lo escuche que carajo me importa”.
TIP de X
Censura a Santiago Cúneo. Días antes de que el programa de Cuneo salga al aire, Nicolás Posse, llega a la casa de José Luis Manzano (dueño de América), amenazando Posse le pone un celular en la oreja, del otro lado estaba Milei, amenaza a Manzano y su familia, chau programa.
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