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Hacerse torta.

Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello

Una vez al año toca. No hay excusas, y es mejor asumirlo con festejo que ocultarlo con angustia. Año ganado es año vivido y eso merece torta que sostenga el dulce por venir. ¿Qué hay de nuevo? Vamos con ideas…



La culpa también aquí es de los griegos. Para honrar a la diosa de la Luna, Artemisa, en su homenaje horneaban una especie de pan redondo al que le incluían velas para simular su resplandor. Parece ser ese el primer antecedente de la protagonista ineludible de la mesa cumpleañera.
Luego de perderse un tiempo en los avatares de la historia, por esos vericuetos impensados, la tradición fue recuperada durante la oscura Edad Media, donde se iluminaba la celebración de la Kinderfeste, un evento dedicado a homenajear a los niños. Se entiende que esta costumbre fue el disparador de las fiestas de cumpleaños. El evento comenzaba al amanecer, cuando el festejado era despertado con la versión medieval de la torta alumbrada con velas, tantas como años cumplera el infante, además de una extra, en pos de celebrar la vida (¿de allí vendrá el tirón de orejas de yapa?). Las luminarias se iban cambiando, de tal modo que todo el día permanecieran encendidas. Al fin de la jornada, cuando la celebración daba a su fin, se volvía a acercar el postre al homenajeado, quien debía soplarlas de un único impulso de aire para que se cumplieran sus deseos… tal como seguimos haciendo hoy.

Mientras la historia se aferra fuertemente a la práctica que data de centurias, el manjar ha sufrido modificaciones, y el tradicional bizcochuelo sencillo, las muy elaboradas de doña Petrona, hasta las más modernas en mini porciones o apilados particulares, dan vida a propuestas personales, como para que cada uno haga de la suya una versión que lo represente.

Inspirados en la gran Cotta

¿De aquí, de allá y de mi abuelita también? Eso se preguntaría la gran Blanca. Hacer la torta en casa siempre tiene el valor agregado de las intenciones que se pone en ella, pero es muy frecuente que el tiempo y la poca experiencia invite a comprarla. La Lic. en Tecnología de Alimentos Lucía Mirabelli, quien lleva adelante la comunidad «La verdad de tu milanesa», tendiente a proveer infornación real sobre productos, explica: «si la decisión es comprar una torta, se recomienda planificarlo con unos días de anticipación, elegir cuál es la que uno quiere y reservarla con tiempo. También hay que tener en cuenta cuándo y cómo ir a buscarla. Si se usa el auto, el mejor lugar para transportar una torta es el baúl (ya que va bien derecha). Es importante que la entreguen bien embalada (idealmente en una caja con tapa), así no hay riesgos de que se contamine durante su traslado, con algo que le pudiera “caer” en la calle y/o en el auto».
Para los que se animan a hacerla en casa, recomienda: «considerar en qué momento prepararla, los ingredientes que necesita y la fuente que se usará para presentarla. Con respecto a la preparación, siempre conviene adelantar la cocción un día, para evitar inconvenientes que pudieran surgir. Es ideal elegir alguna receta que se pueda adelantar y conservar en el freezer o a temperatura ambiente y a último momento terminar de armarla. Para estos casos, son ideales las recetas tipo cheesecake, que se conservan en el freezer hasta el momento de desmoldarlas y presentarlas en la fuente. También las tortas tipo brownie o torta húmeda de chocolate, ya que se puede preparar la base por adelantado y conservarla fuera de la heladera desde el día antes. En el caso de las tortas rellenas, se pueden preparar los bizcochuelos el día anterior, conservarlos a temperatura ambiente y se arma un rato antes de servir. Pero como esto lleva su tiempo, hay que planificar contar con ese rato antes…
Comprar la pastelería implica prepararse para conservarla de manera adecuada hasta el momento de ser consumida. No sólo por cuestiones estéticas, sino esencialmente para cuidar la salud de los comensales. Mirabelli propone «que si la torta elegida lleva una cobertura o rellenos a base de crema de leche, no se corte la cadena de frío. Si es comprada, al llegar a casa hay que contar con lugar en la heladera para conservarla hasta el momento de su consumo. Por esta razón, es muy importante planificar esto con tiempo, ya que en general cuando se recibe mucha gente, la heladera está llena de comida y bebidas y la torta nunca tiene lugar de guardado en frío. Si es un postre rogel o una torta con cobertura de merengue, es importante que sea merengue italiano, ya que para su preparación se cocinan las claras de huevo y así nos aseguramos de que no va a haber riesgos de contaminación».

Números, torres y otras granas
Las opciones alejadas de la mítica torta de la infancia, ganan adeptos. Hacer una inicial o un número ultra decorado con toppings que incluyen crema, frutas, galletitas, flores, etc. es una propuesta digna de un versión gastronómica barroca estilo Versace. Pero hay de todo en las pastelerías del señor…
En Moshu, Lucas Villalba, emprendedor de alma, decidió abrir un local para ofrecer una propuesta creada desde la óptica del consumidor, capaz de reflejar aquellos aspectos que tanto él como su familia buscan y disfrutan: productos frescos, de calidad, destacable panadería y pastelería, en un espacio repleto de historias y muy buena atención. Junto a su compañera Yeglenis, que aporta su influencia colombiana a la cocina, ambos supieron crear un lugar en el que, a cada momento, se nos invita a disfrutar con todos los sentidos. Las tortas para disfrutar por porciones o llevar enteras, ideales para celebrar, inspiradas en la mejor pastelería del mundo. ¿Las estrellas? Red velvet; carrot cake; marquise de chocolate; cheesecake de dulce de leche y Oreo, y también de frutos rojos y de maracuyá.
Mada, en tanto, viene de la mano de Juliana Herrera Dappe, especialista en realizar pastelería de alta calidad, quien además tiene una larga tradición familiar en el mundo de la pastelería por parte de su bisabuela francesa. La propuesta puede incluir versiones tradicionales para el festejo o arriesgadas de la mano de uno de los productos estrella: los macarons, de los cuales posee más de diez variedades. Sus tortas más pedidas son el Key Lime Pie, la Marquise de chocolate, la Chocotorta y la Duo de Mousses (mousse de chocolate y dulce de leche). Es muy minuciosa en la elaboración de sus productos de pastelería, y es por ello que hay tortas que sólo los realiza por encargo, para que mantengan su frescura, como por ejemplo la torta Rogel; prefiere que el cliente la lleve con las tapas recién horneadas y el merengue rebosado. Digna opción para una vela bengala…
La impronta cool de Pani se define como un equipo de rebeldes pensando cómo sorprender; cada ingrediente, cada sabor y cada propuesta surge de su respeto y admiración por la cocina. Sus tortas son disfrute pleno y convocan a la fiesta desde el nombre: Black Cookies Cake con Oreo; Cheescookie Milka explotada de dulce de leche y con muuuchas choco cookies; la clásica de la abuela Chola con avena, choco, dulce de leche y galletitas de agua; Kat Flora de dulce de leche, creamcheese con obleas de chocolate y dulce de batata; la Cheesecake bien argento de e dulce de batata, dulce de leche y Vauquita; la Vegan Star, un lanzamiento reciente con bizcochuelo de colores galácticos con ganache de choco y dulce de leche de soja, ubierto con frosting de crema multicolor y baño de chocolate; Hard Candy, Humedo de chocolate, cremoso de maní, ganache de chocolate blanco y dulce de leche con baño toffee; Orange is the new pie, curd de naranja y merengue italiano sobre base de honey cookies; Mi Prefe, un cuadrado de ricota y limón con dulce de leche y crumble; Blondie cake, con cookies de vainilla, chocolate blanco y baño de dulce de leche; Apple Nori con manzanitas caramelizadas y frutos secos; Key lime pie… y la lista sigue!
El compromiso con lo que comemos puede estar presente también a la hora de festejar. Es que Hausbrot propone armar una torre de muffins. Los hay de manzana, de arándanos y con chispas de chocolate. Son integrales, con harina 100% de cereal entero y orgánico, endulzados con azúcar orgánica. Una opción que, además de saludable, permite a que cada uno se sirva el que le apetezca. No se usa cuchillo, ni plato… práctico y saludable.
Hablando de torres, En el Nombre del Postre se las trae también con marcarons. Un merengue a base de harina de almendras que en la sutil mano de Florencia Borguino logra una crocantez externa intensa, frente a la súper humedad interior. Sus rellenos? Siempre hay con dulce de leche, ganache de chocolate con centro de mousse de chocolate con leche y otra ganache con moras y centro de crema de naranjas. Innova cada temporada con cinco versiones complementarias que se adaptan a los productos de estación. Más allá de toda esta gama de delicatessens cuasi finger food que son su especialidad, desarrolla una veintena de tortas y lingotes una más tentadora que la otra, siempre a pedido.
Ponerle glamour al cumpleaños no es algo tan complejo cuando panaderos y pasteleros de un sitio tan emblemático como distinguido de la ciudad ponen su intelecto y delicadeza para amasar en sus propias cocinas las delicias más deseadas de cualquier mesa de altura. La Pâtisserie del Palacio Duhau, Park Hyatt Buenos Aires, de la mano de su chef pastelero ejecutivo, Damián Betular invita a celebrar en su servicio take-away con idea soñadas: sus macarons con sello de autor, los chocolates y petit fours, petits gâteaux de temporada. Una invitación a armar un derroche de sabor en una torre lujuriosa para celebrar que habrá un año más para experimentar. El tiempo es ahora.