La familia de Nisman: su muerte no fue suicidio, «lo mataron».

La madre y la hermana del fiscal argentino Alberto Nisman, cuya muerte permanece sin esclarecer a punto de cumplirse el primer aniversario, insistieron en una entrevista en que al procurador «lo mataron» o «lo ayudaron a matarse», descartando la hipótesis del suicidio.

«Para mí que lo mataron», dijo Sara Garfunkel, madre del fiscal, a la Agencia Judía de Noticias (AJN), mientras que Sara Nisman, la hermana, puntualizó: «o lo ayudaron a matarse. No sabemos».

Nisman, procurador especial de la causa sobre el atentado de 1994 contra el centro comunitario judío AMIA, en el que fueron asesinadas 85 personas, fue hallado sin vida en su domicilio de Buenos Aires el 18 de enero de 2015, con un tiro en la sien, y tras casi un año de investigación aún no se han aclarado las circunstancias del deceso.

Garfunkel puso en duda que Nisman pidiera realmente prestada el arma que fue encontrada junto a su cadáver, propiedad de un colaborador de su Fiscalía, el informático Diego Lagomarsino, y que causó su muerte según las pericias forenses.

«¿Cómo sé yo que a él le entregaron un arma y que él pidió un arma? ¿Dónde está escrito? Lo mismo que dicen que le pidió un arma al custodio. ¿Dónde está escrito que pidió un arma? Lo dicen ellos», razonó, en referencia a los testimonios recogidos en el caso, como la versión del propio Lagomarsino.

«Cuando yo abrí la puerta no vi nada, yo lo vi a él. Salgo y llamo a Swiss Medical, viene el médico, asoma la cabeza y dice ‘hay un arma’. Cerró la puerta y se fue. Entonces yo digo ‘yo no vi ningún arma, quiero ver’. Miré de vuelta y se veía el mango del revólver acá (hombro). Entonces yo no entiendo como hizo el arma para aparecer abajo del hombro izquierdo», prosiguió.

Sin embargo, Garfunkel apuntó que «nadie entró al baño hasta que vino la fiscal» del caso, Viviana Fein, porque ella estuvo presente hasta que llegó.

El fallecimiento de Nisman ocurrió pocos días después de que el fiscal denunciara a la entonces mandataria, Cristina Fernández de Kirchner, por presunto encubrimiento de los iraníes supuestamente responsables del ataque a la AMIA.

«Había estado trabajando el sábado (víspera de la muerte) hasta último momento, pidiéndole el viernes a mi mamá también que le compre comida para el lunes, planificando toda su semana laboral, me cuesta que me entre en la cabeza que de un segundo para el otro, que mientras estaba haciendo todo eso, se preocupe por pedir un arma para instantáneamente matarse», agregó la hermana.

«Eso es lo que no me cierra, pensándolo objetivamente. No sé lo que le puede pasar por su cabeza y su situación, pero la verdad es que no me cierran esas dos cosas tan opuestas: estar preocupado por defender su denuncia al día siguiente, por las cosas domésticas del día siguiente y a la vez llamar, pedir un arma y matarse y dejar todo», continuó.

La querella contra Fernández de Kirchner fue definitivamente desestimada en mayo pasado pero las pesquisas del caso Nisman no han despejado aún si la muerte, que causó una fuerte conmoción social y una grave crisis política en el país, fue un suicidio, un suicidio inducido o un homicidio.

Ante la falta de avances y las quejas de los querellantes particulares, la responsabilidad de la investigación pasó recientemente de manos de la fiscal Fein a la jueza del caso, Fabiana Palmaghini.

Sandra Nisman y Sara Garfunkel se mostraron, sin embargo, escépticas respecto a la posibilidad de que el cambio arroje alguna luz ya que «después de un año, muchas pruebas y muchas cosas ya se perdieron. Si en las primeras horas o días no se investiga a fondo, después es muy difícil».

Además de agradecer el apoyo de la sociedad argentina, la familia insistió en la entrevista en que su deseo es «saber algún día» qué paso, que «no siga eternamente como muerte dudosa la carátula, sino saber algún día cómo fue que murió, si lo decidió él, si lo obligaron», en palabras de Sandra Nisman.