news news 34 1

Medios hermanos o hermanos enteros

Por Violeta Vázquez y María Andrea Gonzalez, autoras de ‘Ensambladas, todo tipo de familias’ (Ed. Albatros)

En esta familia, a la que decidimos apellidar Soto, todos somos medio-hermanos. Palabra rara, fría, distante. Todos mis hermanos son de parte de padre. Mis hijos entre sí, de parte de madre. Mi pareja es mediohermano por parte de padre y de madres, pero no tiene hermanos que sean de su mamá y de su papá. Ninguno sabe muy bien la diferencia entre hermano y medio-hermano porque no tenemos «de las dos cosas».

Puedo ver en mis niños la mirada de sus padres y también puedo verme en ellos en sus huequitos de las mejillas. Un día me pregunté qué pasaría cuando, además de hermanos «de parte de… », aparecieran los hermanastros (otra palabra que suena a sufrimiento y a Cenicienta), y un día aparecieron.

Aparecieron los hijos de mi pareja y con ellos la decisión de ser parte de un todo Soto. Entonces me pregunto qué pasará cuando los padres de mis hijos y las madres de los hijos de mi pareja tengan otros hijos. Me gustaría acorazonadamente que esos otros sean parte de la vida Soto.

Un hermano de Hija no sería un don nadie para Hijo, ni para mí, por supuesto. Un hijo de esa mujer que trata a mi hija o hijo como propio, que le da de comer y le hace cosquillas, no es un hijo indiferente para mí. Es un hermano de todos mis hijos. Es una perla preciosa en mi vida. Celebro la capacidad de amar y reconfigurarse de las familias ensambladas. Celebro verlos amarse sin contar los cromosomas. Celebro cada acción que hacen los padres para considerarlos a todos, juntos, partes de una red común, más allá de si prosperan o no las relaciones de pareja.

Los entramados de padres/ ex/padrastros no se presionan a ser ni se separan, jamás. Con esto no digo que todo sea color de rosa, ni que los nuevos y los ex nos caigamos todos fantástico, a veces es más bien lo contrario. Hablo de dejar que los niños tengan espacio para que su constelación se dibuje y que los adultos estemos al servicio de eso. Es una expresión de deseo, nada más.