Cristina Fernández de Kirchner

Nicolás Gabriel Carrizo detenido. El jefe del grupo de los copitos.

Detuvieron al «jefe» del grupo de «los copitos» por el ataque a Cristina

Nicolás Gabriel Carrizo, el supuesto vendedor de copos de nieve que se presentó en una entrevista por Telefé junto a Brenda Uliarte, fue detenido en en la causa que investiga el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

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En el marco de la causa que investiga el atentado, la Justicia detuvo a Nicolás Gabriel Carrizo, el vocero de los vendedores de copos de nieve que se presentó en una entrevista televisiva junto a Brenda Uliarte. Ya son cuatro las personas arrestadas.

Nicolás Gabriel Carrizo, el supuesto vendedor de copos de nieve que se presentó en una entrevista por Telefé junto a Brenda «Ámbar» Uliarte, fue detenido este miércoles en la causa que investiga el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, informaron fuentes de la investigación.

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Los portavoces explicaron que Carrizo fue convocado a los tribunales de Comodoro Py a retirar su teléfono celular, que había entregado voluntariamente como otros testigos, y en ese momento fue arrestado.

El referente del grupo conocido como «los copitos» se suma a los ya arrestados Fernando Sabag Montiel, Uliarte y Agustina Díaz, quienes están acusados por el fallido intento de magnicidio.

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Fuentes de la investigación aseguraron que Carrizo fue trasladado a los tribunales federales de Comodoro Py.

El ahora detenido había oficiado de vocero del grupo de vendedores de coposo de nieve azucarada en la entrevista que cinco de ellos y Brenda Uliarte le concedieron a Telefé Noticias el día después del intento de atentado.

Los otros detenidos del caso son: Sabag Montiel (35), el hombre que apuntó y gatilló con un arma cargada a la cabeza de la vicepresidenta; Uliarte (23), la novia del agresor que estuvo siempre al tanto de sus maniobras y Díaz (21), había hablado con «Ámbar» de la posibilidad de matar a Fernández de Kirchner y después de la intentona fallida le recomendó que se deshiciera de su teléfono celular.

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Mensajes

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La conversaciones entre Brenda Uliarte y Agustina Díaz, imputadas por el intento de asesinato a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, revelan que desde hacía tiempo venían planificando el atentado y que habían fracasado en un intento anterior.

«Mandé a matar a Cristina, no salió porque se metió para adentro», dice un mensaje de Whatsapp que Uliarte le mandó a Díaz el 27 de agosto, según surge del expediente judicial y de la prueba que este miércoles se le exhibió a la tercera detenida del caso.

Ese mismo día, horas antes, Uliarte le había adelantado: «Hoy me convierto en San Martín, voy a mandar a matar a Cristina…Me re pudrí que hablen y no hagan nada. Yo sí voy a hacer. Se me metió el espíritu de San Martín en el cuerpo… Que hija de puta se metió adentro antes de que le meta el tiro».

Llamadas

Agustina Díaz, la tercera detenida por el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, reconoció este miércoles ante la justicia federal sus intercambios de mensajes de Whatsapp con la imputada Brenda «Ámbar» Uliarte, pero buscó despegarse del hecho al asegurar que pensaba que su amiga era una «fabuladora».

La joven de 21 años prestó declaración indagatoria durante más de dos horas ante la jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo, ante quienes sostuvo que jamás pensó que los diálogos que mantuvo con Uliarte podían convertirse en realidad, según pudo reconstruir fuentes judiciales.

«Fabuladora», «manipuladora», «delirante» y «fantasiosa», son algunos de los adjetivos que Díaz le dedicó a Uliarte, la novia del agresor Fernando Sabag Montiel, según pudo reconstruir esta agencia de fuentes que presenciaron la indagatoria.

Acompañada por los abogados particulares Javier Molina y Marcelo Herrera, quienes pidieron su excarcelación, Díaz buscó en todo momento tomar distancia del hecho, aunque le imputaron haber participado de la planificación del ataque y del intento de encubrimiento.

«Borrá todo», decía uno de los mensajes que Díaz le mandó a Uliarte y que, ante la justicia, aseguró que tenía que ver con el deseo de proteger a su amiga porque pensaba que no tenía nada que ver con el ataque y que podía quedar pegada por ser la novia de Sabag Montiel.

Entre los mensajes extraídos del celular de Uliarte, había uno que estaba borrado: Díaz reconoció que era una foto del arma que fue empleada en el ataque (se la había mandado en mayo) y dijo que quien había eliminado el mensaje era «Ámbar».

Díaz afirmó durante su indagatoria que nunca se tomó «en serio» aquellas conversaciones que mantuvo con Uliarte en las cuales se expresaba la voluntad de intentar asesinar a la dos veces expresidenta Fernández de Kirchner y que lo atribuía a las fabulaciones de su amiga.

La imputada afirmó además que desde mayo que no visitaba la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por lo que aseguró que no estuvo en la zona de Juncal y Uruguay el 1° de septiembre cuando Sabag Montiel intentó asesinar a la vicepresidenta.

Antes de que iniciara la declaración de Díaz, la jueza Capuchetti había vuelto a implantar el secreto de sumario para una parte del expediente, por lo que se espera que en las próximas horas puedan producirse medidas cuya filtración previa podría frustrarlas.

Díaz quedó bajo la lupa de los investigadores a partir de una serie de mensajes que intercambió con Uliarte, a la que intentó ayudar a ocultarse de la justicia, pero también por otros previos al ataque en los que hablaban sobre cómo podía provocarse una atentado contra la vicepresidenta.

La información que comprometió a Díaz hasta el punto de que fuera ordenada su detención surgió del celular de Uliarte, quien la tenía agendada como «Amor de mi vida».

De los intercambios extraídos del teléfono celular de Uliarte surge que Díaz, según pudo reconstruir esta agencia, le espetó: «¿Por qué falló el tiro? ¿Cómo mandaste a este tarado? ¿Se puso nervioso?».

La detención de Díaz se produjo durante la noche del lunes en el partido bonaerense de San Miguel, en el marco de una serie de operativos ordenados por la jueza federal Capuchetti y llevados a cabo por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA).

En el allanamiento en el que se produjo la detención se secuestraron tres teléfonos celulares, de los cuales solo uno estaba activo, informaron las fuentes consultadas que detallaron que, además, se secuestró un chip que habría intentado ocultar pero no llegó a destruir.

Para esta tarde se esperaba en los tribunales federales de Comodoro Py que le fuera ampliada la declaración indagatoria a los detenidos Sabag Montiel y Uliarte, para que se le terminara de exhibir la prueba incorporada en el expediente en los últimos días.

AFI
El titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Agustín Rossi, presentó este miércoles por la tarde una denuncia en el juzgado federal 5 de María Eugenia Capuchetti en la que aportó material sobre manifestaciones realizadas en Twitter por dos miembros del grupo Revolución Federal que incluyeron amenazas e incitaciones a cometer delitos y que, a juicio del funcionario, podrían vincularse con el intento de magnicidio de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Rossi acompañó las pruebas recolectadas por la AFI en el marco de la ley de inteligencia 25.520 y sus modificatorias, que facultan al organismo a presentarse ante la Justicia para velar por la seguridad nacional y el orden democrático ante la convicción de que hubo quien pretendió ponerlas en riesgo.

La denuncia presentada por el organismo de inteligencia, a la que accedió Télam, contiene los audios intercambiados durante una transmisión en vivo realizada el 26 de agosto de 2022 por el grupo Revolución Federal a través de Twitter que fue convocada bajo el título «hay que pudrirla?» y en la que participaron dos integrantes de esa organización, Jonathan Ezequiel Morel, de 23 años, y Franco Ezequiel Castelli, de 26 años.

Morel, registrado en el fisco como monotributista, es quien concedió varias entrevistas radiales en los últimos días para presentarse como el principal referente de Revolución Federal; Castelli es soldado voluntario del Ejército argentino y tiene domicilio en la provincia de Santa Cruz, según lo manifestado en la presentación.

En uno de los audios desgrabados que forman parte de la denuncia y que la AFI presentó en el juzgado se menciona la posibilidad de que alguien se infiltre entre los simpatizantes de la Vicepresidenta para hacerla «pasar a la historia», en referencia a la intención de cometer un magnicidio.

«Hoy por ejemplo veía cómo Cristina saludaba a La Cámpora y a la militancia y decía, lástima que a mí ya me conocen la cara porque sino sabés cómo me infiltro ahí una semana y espero que baje… Pero yo te juro… si a mí no me conocieran los nenes de La Cámpora yo voy te canto ahí la marcha peronista 7 días seguidos y en cuanto pasa a la historia. Después me linchan. Pero pasa a la historia», intervino uno de los miembros de Revolución Federal.

Otro tramo de la transmisión pública que fue incluido como prueba muestra que uno de los participantes «tiene conocimiento del domicilio del diputado nacional e hijo de la señora vicepresidenta, Máximo Kirchner», según la denuncia interpuesta esta tarde, a las 19, en el juzgado de Comodoro Py que investiga el intento de asesinato de Fernández de Kirchner.

De acuerdo a la desgrabación que la AFI adjuntó como material de prueba, Morel y Castelli mantuvieron el siguiente diálogo:

Morel: «¿Pasás todos los días por la casa de Máximo?»

Castelli: «Sí, soy de Santa Cruz, de acá».

Morel: «Uhh, como no lo mataste, boludo?»

Los dos integrantes de la organización antikirchnerista que organizó intervenciones violentas de acción directa contra el oficialismo y que instaló guillotinas y horcas en las manifestaciones de la oposición intercambiaron también insultos y amenazas contra el presidente Alberto Fernández.

En la transmisión en vivo de Twitter del 26 de agosto, uno de los individuos se lamentó porque el jefe de Estado utilice habitualmente helicóptero y no auto, según dijo, porque si llegara a encontrarse con él en un vehículo «se lo abollo todo, se lo cago tanto a patadas, se lo prendo fuego», amenazó.

«Lamentablemente, a Alberto hoy no me lo voy a cruzar en la calle, me lo voy a cruzar en algunos años, en algunos años yo sé que me lo voy a cruzar y voy a hacer patria».

De acuerdo a la presentación de la AFI, «tanto las manifestaciones vertidas como los ataques perpetrados dan cuenta de un accionar ilícito que amerita la pertinente denuncia toda vez que podría constituir los delitos de instigación a cometer delitos (artículo 209 del Código Penal); intimidación pública (artículo 212); apología del crimen y otros atentados contra el orden público (213 y 213 bis); amenaza de deponer alguno de los poderes públicos del gobierno nacional (artículo 226 bis), y alentar o incitar a la persecución o el odio contra una persona o grupo de personas a causa de sus ideas políticas (artículo 3, segundo párrafo, de la ley 23.592)».

El grupo Revolución Federal realizó la Marcha de las Antorchas del 18 de agosto, cuando se concentraron frente a la Casa Rosada bajo la consigna «cárcel o bala», protesta violenta que obligó a arrojar agua desde el interior de la sede gubernamental y en la que participó Brenda Uliarte según una foto que ella misma posteó en sus redes sociales y que luego borró.