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La hamburguesa y el boom del fast food

Cuanto más se conoce de las diversas culturas gastronómicas, más similitudes se encuentra. A veces un simple comentario dispara inquietudes, la cabeza se pone en funcionamiento y empieza a traer esa lluvia de ideas y conocimientos guardados en lo más recóndito, tal como hoy demuestran las neurociencias, para descubrir que muchas culturas parten de algo simple, evolucionan a su manera y de repente hay cierto marketing que se encarga de divulgar una novedosa reinvención de raíces milenarias.

Este es el caso de las hamburguesas.

Hace unas décadas comenzamos a vivir el boom del fast food: hamburguesa con papas fritas y gaseosas. Hoy la tendencia es rediseñar este plato de manera más saludable: mejor carne, mejores acompañamientos, mejores sabores, mejores aromas. Pero, ¿a quién se le iluminó moldear y cocinar o macerar un trozo de carne picada condimentada? Está claro que los americanos se encargaron de globalizarla hace algunas décadas, pero su origen lejano viene del otro lado del mundo.

En varias ocasiones contamos de que en la antigüedad los soldados y los comerciantes necesitaban aprovisionarse para sus viajes, y así fueron ideando maneras prácticas de llevar su comida y de que se les mantuviera conservada. Hay referencias documentadas a la «Isicia Omentata» que se hacía en el Imperio Romano, del «Filet Tártaro» que los mongoles introdujeron en Rusia y que luego llegó a Hamburgo, desde donde se origina su nombre debido a su popularidad por ser una exquisitez disponible fácilmente para los navegantes. Todos remiten a la riquísima hamburguesa. Pero hay comidas ancestrales de Medio Oriente que tienen la misma receta base de la susodicha hamburguesa: el Kafta, Kofta, Koftit o Kefta árabes, y los Kebbe o Kubbe, ambos a base de carne picada con condimentos, y hasta con formas similares a la archiconocida hamburguesa. Un poco más cerca de nuestros inmigrantes, los italianos hacen honor de su polpette, una manera diferente de presentar la mismísima carne picada condimentada: en pelotitas, desde donde viene su nombre. Los balcánicos tienen su «pljeskavica», los alemanes tienen su «frikadellen», y cuanto más se conoce, más se encuentra.

Cada cultura incursionó con su mejor carne. Los países de la Medialuna Árabe se especializan en el cordero, que es lo que abunda en la zona, y también algunas aves y pescados. En Italia, las hay de cerdo y de cordero, aunque también en su momento hubo de caballo y un poco menos de vaca, pues allí llega menos esta carne. En América, la carne vacuna es el ingrediente por excelencia.

La hamburguesa es un plato muy popular en muchas partes del mundo y hay varios días dedicados a celebrarla en diferentes países.

Por ejemplo, en los Estados Unidos, se celebra el Día Nacional de la Hamburguesa el 28 de mayo. Este día es ampliamente reconocido y muchas personas aprovechan la oportunidad para disfrutar de hamburguesas caseras o en restaurantes.

Además, existen celebraciones similares en otros lugares, como el Día de la Hamburguesa en el Reino Unido, que se celebra el 27 de agosto, y el Día Nacional de la Hamburguesa en Canadá, que se celebra el segundo viernes de agosto.

Es importante tener en cuenta que pueden haber cambios o nuevas celebraciones establecidas después de mi conocimiento más reciente. Por lo tanto, te sugiero verificar si se ha establecido un Día Internacional de la Hamburguesa desde entonces para obtener información actualizada.

La historia de la hamburguesa tiene raíces antiguas y su origen exacto es objeto de debate. Sin embargo, la versión más aceptada es que se originó en la ciudad de Hamburgo, Alemania, en el siglo XIX.

En aquel tiempo, los marineros alemanes llevaban carne de res molida en sus viajes para ablandarla y hacerla más fácil de comer. Esta técnica se atribuye a los tártaros, un grupo étnico de Europa del Este, quienes consumían carne cruda o poco cocida.

La popularidad de la carne molida llegó a Hamburgo, donde los chefs locales comenzaron a agregar ingredientes como cebolla, sal y pimienta a la carne picada para mejorar su sabor. Estas hamburguesas de carne se sirvieron inicialmente sin pan y se consumían como plato principal.

A finales del siglo XIX, la hamburguesa llegó a Estados Unidos junto con los inmigrantes alemanes que se establecieron en ciudades como Nueva York y Chicago. Fue en Estados Unidos donde la hamburguesa ganó popularidad y se convirtió en un icono de la comida rápida.

A principios del siglo XX, los carritos de comida callejera comenzaron a vender hamburguesas en pan. Los hermanos Richard y Maurice McDonald son conocidos por haber revolucionado el concepto de la hamburguesa al fundar el primer restaurante de comida rápida de hamburguesas en San Bernardino, California, en 1940. Su enfoque en la eficiencia y la producción en masa les permitió ofrecer hamburguesas rápidamente a un precio asequible.

La hamburguesa se hizo aún más famosa a partir de la década de 1950, con el auge de las cadenas de comida rápida como McDonald’s, Burger King y Wendy’s. Estas cadenas popularizaron la hamburguesa en todo Estados Unidos y eventualmente en todo el mundo.

A lo largo de los años, la hamburguesa ha evolucionado y ha adoptado muchas variantes y estilos diferentes. Se han agregado una amplia variedad de ingredientes y salsas para personalizarla según los gustos y preferencias individuales.

Hoy en día, la hamburguesa sigue siendo uno de los alimentos más populares y reconocidos internacionalmente. Se ha convertido en un símbolo de la comida rápida y se disfruta en numerosos establecimientos, desde pequeñas hamburgueserías hasta restaurantes de lujo.

Es cierto que el consumo excesivo de hamburguesas y otros alimentos poco saludables puede contribuir a problemas de salud como la obesidad, la diabetes y la hipertensión. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos problemas de salud no son causados únicamente por las hamburguesas, sino por una combinación de factores, incluyendo la dieta general, el estilo de vida y la falta de actividad física.

La obesidad y las enfermedades relacionadas con la dieta son un problema de salud pública importante en muchos países. La dieta occidental moderna, que a menudo incluye alimentos procesados, altos en grasas saturadas, azúcares añadidos y sodio, ha sido asociada con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas.

Es importante señalar que no todas las hamburguesas son poco saludables. Una hamburguesa puede formar parte de una alimentación equilibrada si se prepara y se consume de manera adecuada. Por ejemplo, optar por hamburguesas hechas con carne magra, cocinadas a la parrilla o al horno en lugar de fritas, y servirlas en un pan integral con una variedad de verduras y condimentos saludables puede hacer que sean una opción más nutritiva.

La clave para una alimentación saludable es la moderación y el equilibrio. Es importante disfrutar de una variedad de alimentos nutritivos, incluyendo frutas, verduras, granos integrales, proteínas magras y grasas saludables, y limitar el consumo de alimentos procesados y ricos en grasas saturadas, azúcares añadidos y sodio.

Además de una alimentación equilibrada, es esencial mantener un estilo de vida activo y realizar ejercicio regularmente para mantener una buena salud en general.

En resumen, las hamburguesas y otros alimentos poco saludables pueden contribuir a problemas de salud si se consumen en exceso y se combinan con una dieta poco equilibrada y una falta de actividad física. Sin embargo, es posible disfrutar de hamburguesas de manera moderada y equilibrada dentro de una dieta saludable y activa. La clave está en hacer elecciones informadas y conscientes sobre lo que comemos y mantener un estilo de vida saludable en general.

La receta para hacer una hamburguesa común:

Ingredientes:

500 gramos de carne picada (puedes elegir la carne de tu preferencia, como ternera, cerdo, pollo o una mezcla)
1 cebolla mediana, cortada en rodajas
4 panes de hamburguesa
4 hojas de lechuga
4 rodajas de tomate
4 lonchas de queso (opcional)
Sal y pimienta al gusto
Aceite vegetal para cocinar
Salsa de tu elección (ketchup, mostaza, mayonesa, etc.)

Instrucciones:

En un tazón, mezcla la carne picada con sal y pimienta al gusto. Puedes añadir condimentos adicionales como ajo en polvo, cebolla en polvo o hierbas según tu preferencia.

Divide la mezcla de carne en 4 porciones y forma hamburguesas redondas y planas con tus manos. Trata de que tengan un grosor uniforme para que se cocinen de manera pareja.

Calienta una sartén grande a fuego medio-alto y agrega un poco de aceite vegetal. Coloca las hamburguesas en la sartén caliente y cocínalas durante aproximadamente 4-5 minutos por cada lado, o hasta que estén doradas por fuera y cocidas por dentro. Si prefieres una hamburguesa más cocida, puedes cocinarla por más tiempo.

Mientras las hamburguesas se cocinan, puedes tostar ligeramente los panes de hamburguesa en una tostadora o en una sartén caliente.

Retira las hamburguesas de la sartén y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.

Ahora es momento de armar la hamburguesa. Coloca una hoja de lechuga en la parte inferior del pan, seguida de una hamburguesa. Si lo deseas, puedes añadir una loncha de queso sobre la hamburguesa para que se derrita con el calor residual. Luego, agrega las rodajas de tomate y cebolla. Puedes añadir salsa a tu gusto en la parte superior del pan o en la hamburguesa.

Repite el proceso para armar las demás hamburguesas.

¡Y listo! Ya tienes tu hamburguesa común. Puedes acompañarla con papas fritas, aros de cebolla o una ensalada según tu preferencia.