Es en reclamo por un corte de energía eléctrica y agua. Reiteran el pedido por la urbanización del barrio. Hay importantes demoras mano al centro
Vecinos de la Villa 31 de Retiro cortan desde esta mañana la autopista Illia en sentido al centro porteño, a la altura del peaje, por falta de suministro eléctrico y agua.
Los manifestantes bloqueaban al principio la totalidad de la vía, pero luego decidieron liberar un carril y continuar con la protesta.
El corte genera demoras en el tránsito, con gran presencia de micros de larga distancia por las cercanías de la terminal de ómnibus de Retiro. Asimismo, Avenida Costanera y Avenida del Libertador presentan gran congestión de vehículos.
La representante barrial indicó que el martes se cambió el transformador que suministra electricidad “pero no duró ni un día”.
“Se quemaron los cables y nos quedamos sin luz en las viviendas, además de los daños a electrodomésticos, como heladeras que dejaron de funcionar”, comentó.
“Hay gente con enfermedades que no puede hacerse un tratamiento, como personas con asma que no se pueden nebulizar”, agregó.
Marcelina comentó que el reclamo a las autoridades porteñas se inició ayer “pero ni siquiera nos atienden”.
La delegada adelantó que planean quedarse sobre la autopista Illia hasta que tengan alguna respuesta a la falta de suministro eléctrico.
La protesta genera grandes demoras en el tránsito, con gran presencia de micros de larga distancia por las cercanías a la terminal de ómnibus de Retiro.
Vialidad Nacional informó que los conductores tienen como alternativas salir en Castillo o previamente en la salida a Sarmiento de la avenida Lugones.
Pobres
El gobierno de la ciudad difundió un estudio, que indica que 28,4% de la población del distrito no alcanza a cubrir con sus ingresos una canasta de consumos mensuales que a abril de este año se ubicó en $ 8484 para una familia propietaria de su vivienda y en $ 10.454 para el caso de quienes deben afrontar el gasto de alquiler. Según explicó José María Donati, director de Estadística y Censos de la ciudad, esa canasta no se asimila a la tradicionalmente utilizada para medir la pobreza, sino que toma en cuenta un consumo promedio de la población total, entre la que tiene preponderancia la clase media.
