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Técnicas de respiración.

Técnicas de respiración.

Los yogis se ocupaban de entender y regular el prāṇa a partir de la respiración y el trabajo con la mente.

Por supuesto, esto requiere de una base mínima de hábitos en donde los aspectos tangibles (comida, entorno, hábitos) están balanceados. Si bien esto resulta una obviedad en los escritos clásicos del yoga, en la actualidad la proliferación indiscriminada de información colaboró a que se traspolen y trivialicen estos antiguos saberes.

Algunas técnicas de respiración tradicionales, completamente enfocadas en expandir niveles de conciencia muy profundos, se promueven entre públicos masivos como recetas mágicas para cualquier problema. Esas mismas técnicas, en el contexto donde surgieron, están supeditadas a hábitos de vida y entrenamientos dignos de guerreros en cuanto al nivel de disciplina que suponen.

Solo por mencionar un ejemplo: los yogis hacían bhastrikā o kapālabhātī (dos de las técnicas más difundidas en la actualidad como “la panacea” del prāṇāyāma) en ámbitos de retiro, ascéticos y contenidos por una guía experimentada.

Normalmente las llevaban adelante yogis que contaban con excelente salud y una base mínima de fortaleza y esta- bilidad mental y emocional. ¿Cuántas de las personas que vemos realizar estas técnicas se encuadran dentro de esas condiciones mínimas?

En relación con las condiciones necesarias para hacer prāṇāyāma: es cierto también que en la medida que se trabaja con el prāṇa los aspectos más burdos (hábitos de vida y alimentarios) se van regulando naturalmente, pero el desafío es partir desde cierto estado sutil para comprender esto de extender el prāṇa.









Porque justamente, el prāṇa en sí es un elemento su- til. Entonces, si mi sensibilidad y mi disponibilidad (física, mental, emo- cional) aún no poseen este refinamiento, es muy difícil que pueda sentir sus efectos.

Por ejemplo: si mi alimentación es muy pesada y trabajosa para mi sistema digestivo, por más que intente hacer ejercicios de respiración mi sistema físico estará demasiado ocupado en digerir lo que comí hace tres horas. Y probablemente cuando me siente e intente quedarme quieto, me duermainmediatamente. O si mis rutinas diarias están excedidas de actividad y mi mente está habituada a abrir decenas de ventanas de pensamientos e imágenes por milésima de segundo, es muy difícil que acepte quedarme quieto siguiendo el foco de mi respiración: en el mismo momento en que intente aquietar el cuerpo y cerrar mis ojos, mi estado de ansiedad se incrementará.

A nivel de los yoga sūtras, como vimos, prāṇāyāma es esa instancia del camino del yoga que comienzo a entrenar solo cuando ya puedo tener cierto dominio sobre los yamas, niyamas y āsanas.

Por Gabriela Binello autora de Yoga Personalizado