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Árboles de Buenos Aires

Árboles de Buenos Aires

La Ciudad de Buenos Aires se caracteriza por muchas cosas, entre ellas la cantidad y calidad de sus espacios y una de las cualidades que la hace tan bonita son sus arboles en prácticamente cada cuadra.

En todas estas veredas arboladas coexisten 36 especies y cada una de ellas es elegida meticulosamente según la posición y el ancho de cada vereda donde se va a ubicar. En la Ciudad hay en total 421.718 ejemplares, de los cuales 367.157 están en las calles y sólo el Gobierno de la Ciudad tiene el aval para realizar plantaciones.

La variedad de especies que podemos encontrar en la Ciudad es muy grande, pero a pesar de ser de publico conocimiento no mucha gente sabe cuales son aquellas aptas y cuales no, a su vez muchos no saben como se realiza el trámite para pedir la plantación de un árbol, ya que solo el Gobierno de la Ciudad, a través de las Comunas tiene esta capacidad.

La gran vegetación de la Ciudad se utiliza según sus características y atributos, además de los aportes y beneficios medioambientales; herbáceos, arbustos, árboles exóticos y nativos son los más usados.

Las plantas herbáceas y los arbustos son las más elegidas por los paisajistas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires debido a que son un excelente complemento de árboles y el césped.

Si son nativas, además, aportan beneficios que favorecen la biodiversidad, son resistentes a plagas y enfermedades, de fácil reposición y bajo consumo de agua.

Algunas de las más utilizadas entre exóticas y nativas son:

  • Euryops (margarita amarilla)
  • Buxus (boj)
  • Pennisetum latifolium (cola de zorro)
  • Agapanthus (agapanto)
  • Clivias (clivias)
  • Nasellas (stipa)
  • Salvia guaranítica (salvia)
  • Dietes (lirio africano)
  • Ophiopogon (pasto ingles)

Los árboles de tipo exóticos, aunque no son originarios de nuestro país o región, están bien adaptados al contexto urbano y entre estos, los paisajistas mencionan a:

  • Fraxinus (fresnos)
  • Musa paradisíaca (plátano)
  • Tilia platyphyllos (tilo)
  • Lagerstroemia indica (crespón)
  • Liquidambar styraciflua (liquidámbar)

Las especies nativas que se fueros incorporando con el fin de favorecer a la biodiversidad, ofreciendo alimento refugio para diferentes aves e insectos son:

  • Salix humboldtiana (sauce criollo)
  • Ceiba speciosa (palo borracho)
  • Peltophorum dubium (ibirá-pitá) o Jacarandá.

El periodo del año en el que se permites realizar plantaciones varía según el clima, pero por lo general es de mayo a septiembre. Cuando un vecino realiza una solicitud, la Comuna tiene un plazo de 5 días para realizar la misma, siempre y cuando esté en el período permitido. En caso de no estar en las fechas reglamentarias se planifica en el sistema para el siguiente.

Para pedir la plantación de un árbol el vecino debe generar una solicitud a través del SUACI, que centraliza las solicitudes ingresadas por web GCBA; 147 y la app GCBA. El otro canal son las solicitudes OP (que ingresan directamente al sistema de gestión SAP), estas últimas con prioridad de atención.

Las 36 especies que son aptas

Las especies aptas varían según el lugar donde se las va a plantar, principalmente el ancho de la vereda, explica Jorge Amílcar Mario Fiorentino, del Plan de Arbolado. Sobre todo para que las raíces y las copas se puedan adaptar al lugar sin destruir las veredas ni obstruir la visión de las señales de tránsito.

Las especies son 36 y están incluidas en el Plan de Arbolado de la Ciudad. Cada una tiene un nombre vulgar y un nombre científico entre paréntesis. En cada caso se consigna el diámetro medio del tronco adulto (en centímetros) y el mínimo y máximo ancho de vereda (en metros).

Las que no son aptas

En las veredas de Buenos Aires se pueden encontrar otras especies. Algunas figuraron en el listado como aptas pero se las retiró por distintos motivos. Otras, que a veces abundan, nunca estuvieron en el listado.

Por ejemplo, Jacarandá micrantha. «No esta en el listado porque tenemos ya al Jacarandá mimosifolia en el listado principal, que esta muy bien adaptado a nuestra zona y que vamos a tratar de llevarlo a su máxima frecuencia», explica Fiorentino.

También fueron quitados de la lista las siguientes especies:

  • Limpiatubos (Callistemum imperialis): «Es un arbusto que invade todo el espacio y crece mucho, es para plazas», dice Fiorentino.
  • Árbol de la seda (Albizia julibrizum), «porque tiene un crecimiento muy despatarrado y bajo de copa y pierde todo el tiempo flores y luego las vainas, va bien para plazas».
  • Timbó u oreja de negro (Enterolobium contortisiliquum). «Por los frutos y el tamaño final: es muy grande y tiene un sistema radicular que pulveriza las veredas. Va bien en plazas».
  • No están permitidas especies con espinas ni frutales

 Las especies son 36 y están incluidas en el Plan de Arbolado de la Ciudad

Árboles de Buenos Aires
Árboles de Buenos Aires 3

Los árboles, imprescindibles y hasta sagrados en las culturas del mundo
 

60.000 especies distintas

Hay alrededor de 3 billones de árboles en el mundo, según un estudio de la Universidad de Yale. Eso incluye más de 60.000 especies de árboles conocidas. Brasil, Colombia e Indonesia son los países con más especies de árboles. La mala noticia: hoy en día hay un 46% menos de árboles que al principio de la civilización humana.

Los árboles «migran» para huir del cambio climático

Los árboles claramente no pueden desarraigarse y moverse, pero sus centros de población pueden cambiar con el tiempo en respuesta a las presiones climáticas. Un estudio que examinó 86 especies de árboles entre 1980 y 2015 en el este de los Estados Unidos encontró que el 73% se movió hacia el oeste, donde las lluvias están aumentando. En promedio, se desplazaron unos 16 kilómetros por década.

Manteniendo las ciudades frescas

Los árboles no solo nos dan sombra, sino que también pueden mitigar las temperaturas extremas transpirando, absorbiendo la radiación del sol y liberando agua en el aire a través de sus hojas. Un estudio realizado en 2019 en EE.UU. encontró que una cobertura de las copas de los árboles del 40 por ciento o más podría reducir las temperaturas en las ciudades hasta 5 grados.

Aspirando contaminantes

Los árboles extraen CO2 de la atmósfera y por lo tanto son cruciales en la lucha contra el cambio climático. También pueden usar sus hojas para filtrar partículas y gases tóxicos como el dióxido de nitrógeno y el dióxido de azufre del aire. Un estudio reciente encontró que el abedul plateado, el tejo y los árboles viejos podrían reducir las partículas a tasas de 79%, 71% y 70% respectivamente.

Poder curativo

Los árboles pueden reducir nuestros niveles de estrés y ayudarnos a sentirnos más felices y saludables. Varios estudios han demostrado que pasar tiempo en la naturaleza, o incluso solo mirar los árboles o las flores a través de una ventana, puede reducir la presión arterial, estimular el sistema inmunológico, mejorar el sueño y reducir la depresión y la ansiedad.

Los árboles «hablan» entre sí

Los bosques tienen sus propios sistemas de comunicación que permite a los árboles intercambiar nutrientes y enviar alertas sobre sequías o enfermedades. Interactúan a través de redes de hongos del suelo, conocidas como redes micorrícicas. Estudios han demostrado que el abedul de papel (en la foto) y los abetos utilizan este sistema para enviar agua, carbono y nutrientes de un lado a otro.

Enviando señales en el aire

Los árboles no pueden huir si sus hojas están siendo devoradas por un herbívoro hambriento. Pero lo que pueden hacer es liberar químicos el aire para advertir a los miembros cercanos de la misma especie que hay una amenaza en la zona. Otros árboles responden aumentando su propia producción de toxinas anti-herbívoras, lo que, en el caso de las acacias (foto), hace que sus hojas se vuelvan amargas.

Buscando refuerzos

Cuando son asediados por bichos o parásitos, algunas especies, como los manzanos y las plantas de tomate, pepino y habas, liberan compuestos en el aire para alertar al depredador del atacante. Un estudio europeo demostró que los árboles infestados de orugas emiten señales químicas para atraer a las aves que se alimentan de orugas, como el herrerillo.

Matusalén ha vivido muchas cosas

Los árboles son los organismos vivos más antiguos de la Tierra. Un solo ejemplar puede sobrevivir cientos, incluso miles de años. Según la OldList, un registro oficialmente fechado de árboles antiguos, el organismo vivo más antiguo que se conoce es un pino Bristlecone de las Montañas Blancas de California. Llamado Matusalén, tiene alrededor de 4.850 años.

Hyperion, el gigante

Una fotografía no puede hacer justicia a los árboles más altos del mundo: las secoyas. El ejemplar vivo más alto conocido es una secoya costera llamada Hyperion que mide 115,85 metros, más que el Big Ben o la Estatua de la Libertad. Se cree que el gigante, descubierto en 2006 en California, tiene varios cientos de años.

Otros récords

California también es el hogar de una secuoya gigante, que se cree que es el árbol vivo más grande en cuanto a volumen. Se extiende hasta una altura de 83,8 metros y tiene 7,7 metros de diámetro. El título del árbol más ancho del mundo se lo lleva el Árbol del Tule (foto), un ciprés de Moctezuma en el estado mexicano de Oaxaca. Tiene un diámetro de 11,6 metros y una circunferencia de 42 metros.

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